El autor del atentado está recluido en la cárcel de Guantánamo a la espera de su sentencia.
El Mercurio
WASHINGTON.- El pakistaní Jaled Cheij Mohamed, autoproclamado el cerebro de los atentados del 11 de septiembre de 2001, envió una carta dirigida al ex Presidente Barack Obama.
La carta, de 18 páginas, llegó a la Casa Blanca en los últimos días de gobierno de Obama, después de que un juzgado militar ordenara a la prisión de Guantánamo –donde se encuentra recluido– que la entregara, según informa la prensa local.
El texto fue enviado a "la cabeza de la serpiente, Barack Obama" y dirigida a la "nación de la opresión y la tiranía", indicó a AFP el abogado defensor David Nevin, quien proporcionó una copia.
En el texto, Cheij Mohamed afirma que el ataque –que dejó unos tres mil muertos– fue resultado de la política exterior de Estados Unidos, que mató a muchos inocentes.
"No fuimos nosotros quienes lanzamos la guerra contra ustedes en septiembre de 2001, fueron ustedes y sus dictadores en nuestras tierras", escribe Cheij Mohamed.
Afirma que Dios estaba de lado de los piratas del aire de Al Qaeda para cometer los atentados en Nueva York y Washington.
"Alá nos ayudó a tomarlos desprevenidos"
"Alá nos ayudo a realizarlos el 11 de septiembre, a destruir la economía capitalista, a tomarlos desprevenidos y a exhibir la hipocresía de sus argumentos de larga data sobre la democracia y la libertad", escribe el detenido.
También enumera una lista de "masacres brutales y salvajes" de Estados Unidos, desde Vietnam a las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, y evoca la suerte de los palestinos y el apoyo estadounidense a Israel.
"Sus manos están teñidas de la sangre de nuestros hermanos y hermanas, de nuestros niños asesinados en Gaza", afirma.
Cheij Mohamed, de 52 años, lleva 15 años detenido y podría ser condenado a la pena capital. En 2002, fue sometido al 183 submarinos (simulación de ahogamiento).
"Si su tribunal me condena a cadena perpetua, estaré feliz de estar solo en mi celda para adorar a Alá durante el resto de mi vida y arrepentirme delante de él de mis pecados y malas acciones. Y si su tribunal me condena a muerte, seré todavía más feliz de ir al encuentro con Alá y los profetas y de ver a mis mejores amigos, a quienes mataron injustamente en el mundo, y de ver al jeque Osama Bin Laden", escribe Cheij Mohamed.
