SANTIAGO.- Un ex policía filipino afirmó este lunes que "es real" la existencia de los "escuadrones de la muerte" y que fueron dirigidos por el Presidente Rodrigo Duterte cuando éste era alcalde de Davao, sumándose a otros testimonios que lo vinculan en este tema.
Como alcalde de Davao, en el sur de Filipinas, Duterte se ganó una reputación de controlar el crimen y presuntamente organizar los "Escuadrones de la Muerte de Davao" (DDS, por sus siglas en inglés) los que ejecutaron a narcotraficantes, ladrones y niños de la calle pertenecientes a pandillas.
El propio Duterte presumió haber matado criminales en su ciudad como un método "muy efectivo" para reducir la tasa de delincuencia, una de las más altas del país, cuando llegó a la alcaldía en 1988. "Ahora somos la novena ciudad más segura del mundo. ¿Cómo crees que lo he hecho? (...) Los maté a todos (los criminales)", dijo el actual Mandatario cuando era candidato a la presidencia durante un discurso.
Según un informe de Human Rights Watch (HRW) de 2009, la impunidad por esos asesinatos fue casi absoluta. El informe, titulado "Puedes morir en cualquier momento", detalla evidencia de la complicidad y a veces la participación directa de funcionarios del Gobierno y la policía en los escuadrones. Ese mismo año, Duterte declaró que los criminales eran "objetivos legítimos de asesinatos".
Otro documento elaborado recientemente por el Centro Tambayan de Davao, una organización que protege los derechos de los niños, elevó el número de muertos por estas bandas a 1.424 presuntos criminales entre 1998 a 2015.
"Para Rodrigo Duterte, los brutales 'escuadrones de la muerte' que han cobrado las vidas de más de 1.000 personas mientras él ocupaba el puesto de alcalde de Davao (...) no son un problema. Son una plataforma política", dijo HRW en una de las denuncias hechas contra él.
Una política para eliminar criminales
Investido el 30 de junio, Duterte ganó las elecciones bajo la promesa de que limpiaría al país de las drogas y el crimen en sólo seis meses. Propuesta que ha tenido resultados visibles y cuantificables.
Ha habido 5.927 muertes relacionadas con la "guerra contra las drogas", según las cifras publicadas por la Policía Nacional Filipina que abarcan entre el 1 de julio y el 12 de diciembre de 2016.
Del total, dos mil personas murieron en operaciones policiales y casi cuatro mil en ejecuciones extrajudiciales o en acciones de los vigilantes. Por último, más de 40 mil sospechosos han sido arrestados.
Medidas Militares
El Presidente de Filipinas involucró a las Fuerzas Armadas del país en su "guerra contra las drogas". Duarte aseguró que "estoy elevando el problema de las drogas como una amenaza a la seguridad nacional, por lo que puedo instar a las Fuerzas Armadas a prestar su apoyo".
Esta medida viene tras la posible corrupción de la policía, evidenciada luego del asesinato de un directivo surcoreano Jee Ick-joo, en el cuartel general de la Policía Nacional en la ciudad de Quezón.
La muerte de Ick-joo originó fuertes críticas a la política antidroga de Duterte, además de poner en evidencia la corrupción en las fuerzas de seguridad.
El Presidente dejó claro que, una vez realizada la "limpieza" de policías corruptos, reanudará su campaña contra las drogas y la prolongará hasta el final de su mandato en el 2022.
Un país a gusto con su Presidente
A pesar de las críticas en contra del Mandatario filipino, el índice de aceptación de Duterte dentro de su país se encuentra cercano al 63%, según una encuesta realizada por el Social Weather Stations (SWS), una de las firmas de sondeos más acreditadas de Filipinas.
Esta cifra se ubica un punto más debajo de cuando inició su mandato, en junio de 2016, sin embargo, continúa dentro de la valoración "muy bueno".
En respuesta a estos resultados, el secretario de Comunicaciones de la Presidencia, Martin Andanar, afirmó que los resultados del sondeo eran el reflejo del "fuerte y continuo apoyo al Presidente".
"Le servirá como inspiración para redoblar sus energías para ser fiel a su juramento y cumplir su promesa de liberar nuestra sociedad de las drogas, el crimen y la corrupción", concluyó Andanar.
