SANTIAGO.- Tras darse a conocer una grabación que deja en evidencia la presunta participación del Presidente brasileño, Michel Temer, en la red de corrupción de Petrobras, las peticiones de renuncia y de apertura de un juicio político en su contra se han vuelto cada vez más recurrentes. De concretarse su salida, se convertiría en el segundo Mandatario del país en dejar el Gobierno en un solo periodo presidencial.
Para muchos, y pese a que el propio Temer aseguró que no iba a renunciar, su salida es inminente -ya sea por acusación constitucional o un juicio del Tribunal Supremo- y ante ello, la principal interrogante que surge es cuál será el escenario si ésta se concreta. La respuesta de la Constitución es clara: elecciones indirectas. Pero, ¿cómo funciona?
El artículo 81 establece que de quedar vacantes los cargos de presidente y vicepresidente de un Gobierno electo después de la mitad de la gestión (los gobiernos duran cuatro años), el encargado de continuar el liderazgo del Ejecutivo hasta el fin de dicho mandato será una autoridad electa por la mayoría del Congreso Nacional, en sesión conjunta, constituido por 81 senadores y 513 diputados. Los ciudadanos no participan del proceso, por lo que se les denomina comicios "indirectos".
Este sería el caso si el actual Mandatario es sacado del poder. El año pasado, la entonces Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, fue sometida a un “impeachment” y terminó siendo destituida el 31 de agosto. Temer, que ejercía como vicepresidente, debió asumir el cargo de máxima autoridad del país, sin dejar a alguien en la vicepresidencia. La gestión de la cuestionada dupla finaliza el 1 de enero de 2019.
La Constitución consigna que en este tipo de situaciones, el presidente de la Cámara de Diputados es quien asume el poder interino y el encargado de convocar a las elecciones en el Congreso dentro de un plazo de 30 días. También es quien aprueba la apertura a un eventual juicio político.
Dicho cargo lo ostenta hoy el legislador Rodrigo Maia, quien es investigado en el marco de la trama de sobornos del caso Odebrecht. Si no puede asumir su rol, los siguientes en la línea de sucesión serían el presidente del Senado, Eunício Oliveira, y la líder del Supremo Tribunal Federal (STF), Cármen Lúcia.
¿Por qué no un voto directo?
Este procedimiento ha causado la ira de miles de personas, que se han volcado a las calles de distintas ciudades del país para pedir, además de la salida de Temer, que su sustituto sea elegido mediante el adelanto de los comicios directos previstos para octubre de 2018.
La única posibilidad de que ello pueda concretarse es la aprobación de una enmienda que modifique la Constitución. Y de hecho, ya existe una que se debate en el Legislativo. En 2015, el diputado Miro Teixeira impulsó una iniciativa que buscaba permitir el llamado anticipado a elecciones, hasta 90 días después de la caída del Presidente de turno.
A pesar de que la discusión, que estaba estancada en el Congreso, podría reactivarse, su aprobación y puesta en marcha no estaría lista antes de dos meses, incluso con un acuerdo transversal. Un periodo que para muchos resulta muy extenso, considerando la crisis por la que pasa el país.
De todas formas, el plazo de dos meses es muy poco probable producto de las diferencias que genera la reforma al interior del Legislativo. Mientras ha sido respaldada por la oposición liderada por el Partido de los Trabajadores (PT), argumentando que ello volverá a dar legitimidad al sistema político, el oficialismo ve con malos ojos su aprobación, ya que temen que, de convocarse, quien saldría electo sería el ex Presidente Luiz Inácio Lula da Silva, actual favorito en las encuestas a pesar de estar siendo investigado por el caso Petrobras. Así, la iniciativa ha sido prácticamente descartada por las bases del Congreso.
¿Quién podría asumir?
Sin embargo, la Constitución no da detalles sobre los criterios que deben cumplir los postulantes al reemplazo o si se debe seguir los mismos patrones dados por la misma legislación para las elecciones presidenciales directas. En esta situación, la puerta quedaría abierta para personajes fuera de la política.
Pero la falta de nombres probables para continuar con la gestión hasta finales de 2018 es uno de los principales problemas que aquejan a los legisladores. Según consigna O'Globo, dentro del Congreso muchos afirman que no sería apropiado escoger a algún senador o diputado, ante la crisis de confianza que sufre la entidad producto de las acusaciones de corrupción que rondan a varios de sus miembros.
Pero la posibilidad de escoger a un "outsider" tampoco los convence, debido a que no existe un personaje que se ajuste al perfil: que convoque a una polarizada sociedad brasileña, haga frente a la crisis económica que ha afectado a la nación en los últimos dos años y que logre estabilizar el sector político de un país marcado por la corrupción.
