PARÍS.- Los franceses se disponen a dar una mayoría aplastante al presidente Emmanuel Macron en la segunda vuelta de las legislativas este domingo, al término de unos comicios marcados por una fuerte abstención y la debacle de los partidos tradicionales.
Más de 47 millones de electores están llamados a las urnas para esta votación que podría volver a estar marcada por una importante abstención, tras el récord histórico (51,3%) de la primera vuelta.
El movimiento político de Macron, La República en Marcha (LREM), creado hace apenas un año, arrasó el 11 de junio con 32,3% de los votos, muy por delante de la derecha (21,5%), la extrema derecha (13,2%), la izquierda radical (13,7%) y el Partido Socialista (9,5%).
Ahora el jefe del Estado espera "una confirmación" que le permita aplicar su programa, que incluye una reforma del mercado laboral, la moralización de la vida política y un proyecto de ley antiterrorista.
Su joven movimiento político, aliado al centrista MoDem, se encamina a obtener una muy amplia mayoría de entre 400 y 470 de los 577 escaños, según las proyecciones de los institutos de sondeo.
De confirmarse, sería una de las mayorías más importantes de la Quinta República francesa, nacida en 1958.
Renovación sin precedentes
La renovación de la Asamblea Nacional, cámara baja del Parlamento, podría ser también de una magnitud sin precedentes, gracias a que el movimiento de Macron abrió las puertas a muchos candidatos que nunca antes había participado en política.
Un total de 1.146 candidatos, 40% de ellos mujeres, luchan este domingo por uno de 573 escaños que siguen en juego, para un mandato de cinco años.
Solo cuatro diputados fueron elegidos en la primera vuelta, como consecuencia de una fuerte abstención que en esta ocasión podría ser de 53% a 54%, según las últimas encuestas, es decir unos 12 puntos porcentuales más que en 2012.
"¡Vayan a votar!", lanzó el jueves a los electores el Primer Ministro Edouard Philippe. "Nadie se puede contentar con una abstención. En Francia, votar no es obligatorio (...), es un derecho y un deber", agregó.
Única incógnita, la amplitud de la ola 'macronista'.
"Puede haber una corrección entre las dos vueltas, que los votantes piensen que una vez que la mayoría parece asegurada para Emmanuel Macron, no es necesario exagerar", dice Emmanuel Rivière, experto del instituto de sondeos Kantar Sofres.
Efectivamente, según una encuesta del instituto Elabe, seis de cada diez franceses (61%) quiere que la segunda vuelta "rectifique la primera, con una mayoría menos importante de lo esperado".
Fin del bipartidismo
Sin embargo, las dos grandes formaciones políticas tradicionales que se alternan en el poder desde hace décadas, el Partido Socialista (PS) y los conservadores reunidos ahora bajo el nombre de Los Republicanos (LR), pueden prepararse para un duro revés.
El LR, que al principio aspiraba a privar a Macron de la mayoría absoluta, debería obtener entre 60 y 132 escaños (frente a más de 200 en la Asamblea saliente), según las proyecciones.
Y el PS, que controlaba la mitad de la cámara saliente durante la presidencia de François Hollande, podría tener que contentarse con unas pocas decenas de diputados tras el resultado históricamente bajo de la primera vuelta.
Por su parte, la ultraderecha de Marine Le Pen y la izquierda radical encabezada por Jean-Luc Mélonchon no lograron capitalizar los buenos resultados obtenidos en las elecciones presidenciales de finales de abril y principios de mayo.
La primera obtendría entre 1 y 5 escaños, mientras que los segundos ya no pueden esperar lograr los 15 diputados necesarios para formar un grupo parlamentario.