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George Pell, el hombre con más poder en el Vaticano que ha sido acusado de pederastia

A sus 76 años, el jefe de finanzas de la Santa Sede y el tercer hombre más poderoso de la Iglesia Católica, deberá enfrentar denuncias que aseguran que abusó de varios menores en dos ciudades de Australia.

29 de Junio de 2017 | 10:38 | Emol/Agencias
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AFP
SANTIAGO.- El próximo 18 de julio será un día clave para George Pell. El cardenal australiano a cargo de la Secretaría de Economía del Vaticano y considerado el tercer hombre más importante de la Iglesia Católica actual, deberá defenderse de las acusaciones por presunto abuso sexual de menores. Denuncias que lo convierten en el primer alto cargo de la curia romana (órganos de gobierno de la Santa Sede) en ser acusado de pederastia.

A sus 76 años, el religioso deberá enfrentarse ante un tribunal de Melbourne, en el sureste de Australia, por los supuestos ilícitos cometidos mientras se desempeñaba como arzobispo de dicha ciudad entre 1996 y 2001. No obstante, también deberá defenderse de crímenes similares ocurridos cuando era sacerdote entre 1976 y 1980 en Ballarat, su ciudad natal.

Una carrera en ascenso

Pell nació en el seno de una familia religiosa pero diversa. Su padre, ex campeón de boxeo, seguía la fe cristiana, mientras su madre era una devota de la religión católica. En Ballarat, estado de Victoria, estudió en dos centros católicos, donde destacó por sus dotes deportivas. De hecho, durante parte de su adolescencia jugó por el club Richmond Football en la Liga de Fútbol Australiano.

A los 19 años decidió que su vocación religiosa era mayor e ingresó al seminario y a los 21 decidió viajar a Roma para continuar con sus estudios. Tres años después de aquello, se ordenó como sacerdote en la basílica de San Pedro en la capital italiana. Se licenció en Teología y es doctor en historia de la Iglesia católica en la Universidad de Oxford. Más tarde volvería a Australia para estudiar educación. Paralelamente ejerció como sacerdote y educador en distintas parroquias y centros católicos australianos.

Desde entonces, su carrera al interior de la Iglesia ha ido en ascenso. El australiano fue designado obispo auxiliar de Melbourne en 1986, arzobispo en esta misma ciudad diez años después y arzobispo de Sydney en 2001. Pero su gran salto lo dio en 2003, cuando fue nombrado cardenal por el Papa Juan Pablo II. Ello le permitió votar en los cónclaves para elegir al Pontífice y, por tanto, fue uno de los partícipes en la elección del actual Papa Francisco, en 2013.

Pronto adquirió la confianza de Francisco, quien le encargó llevar la Secretaría de Economía de la Santa Sede, un puesto nuevo que el máximo líder de la Iglesia creó por los escándalos alrededor de las finanzas del Vaticano.

Pell, un conservador que en el pasado mostró su oposición a la ordenación de mujeres, se declaró contrario al divorcio y al aborto, y que al menos en una ocasión rechazó dar la comunión a homosexuales, fue el primer dirigente católico en abordar los abusos a menores en el seno de la Iglesia australiana. En 1996 puso en marcha un programa de compensaciones económicas, aunque recibió críticas por no dar suficiente apoyo a las víctimas.

Las acusaciones

Pero esta no es la primera vez que el sacerdote es acusado por el delito de pederastia. En 2002, cuando era arzobispo de Sydney, un hombre aseguró haber sido abusado sexualmente por él en 1961, cuando él tenía 12 años y Pell estaba formándose para ser sacerdote. Tras llevarse a cabo las investigaciones, fue exonerado.

"Los procedimientos judiciales me ofrecen ahora una oportunidad para limpiar mi nombre y luego volver aquí, a Roma, para trabajar", declaró el cardenal en una comparecencia ante los medios en la sala de prensa del Vaticano, tras la nueva imputación anunciada ayer por la fiscalía australiana.

La reciente acusación de Pell se produjo en las últimas fases de una larga investigación, ordenada por el Gobierno en 2012, sobre las respuestas institucionales en Australia sobre los presuntos abusos sexuales a menores. La comisión especial a cargo entrevistó a miles de personas y escuchó las denuncias que implicarían a iglesias, orfanatos, clubes deportivos, grupos juveniles y escuelas.

El cardenal Pell compareció en tres ocasiones en el marco del caso y reconoció ante los investigadores que en la década de los ochenta existía "un mundo de crímenes y encubrimientos" en la Iglesia Católica para proteger a la institución, pero negó tajantemente estar implicado en alguno de estos crímenes. Cuatro meses después, un programa de la cadena ABC reveló que la Policía australiana lo estaba investigando. Algo que fue confirmado este miércoles.

El caso específico del cardenal se deriva de las investigaciones de una unidad especial de la policía de Victoria a partir de la información de la comisión y de una investigación parlamentaria.

Según datos de dichas indagatorias, publicados en febrero, el 7% de los sacerdotes católicos en Australia habrían sido acusados de abusar de niños entre 1950 y 2010, aunque estas denuncias nunca fueron investigadas. Además, alrededor de 4.444 supuestos incidentes fueron reportados a las autoridades eclesiásticas y, en algunas diócesis, más del 15% de los sacerdotes habrían estado implicados en ellos.

"La idea misma de abusos sexuales me parece detestable", aseguró Pell hoy. El cardenal, que dejó temporalmente a su cargo tras las imputaciones, anunció que viajará a su país para dar su versión y defenderse de las que aseguró son acusaciones falsas. "Soy inocente (…) Deseo tener por fin la oportunidad de comparecer ante la justicia", sentenció.
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