SANTIAGO.- Millones de mexicanos y personas en todo el mundo fueron sorprendidas, este jueves, por la noticia de que "Frida Sofía", la supuesta niña atrapada bajo los escombros de su escuela y que se convirtió en emblema del terremoto de magnitud 7,1 que azotó a México, nunca existió. Sin embargo, su historia hizo que muchos recordaran otro caso ocurrido hace 32 años.
A la llamativa coincidencia de fechas entre el terremoto de 1985 y el del pasado martes 19 de septiembre, se suma la similitud de la historia de "Frida" con la de "Monchito", el denominado "niño fantasma" que acaparó todas las miradas de la prensa nacional e internacional en aquel momento.
Su nombre era Luis Ramón Navarrete y tenía nueve años. La noche previa al fatídico terremoto que dejó más de 10 mil víctimas fatales, alojó junto a su familia en la casa de su abuelo en el barrio de La Merced, en Ciudad de México. Esa misma vivienda terminó completamente derrumbada por el violento movimiento telúrico de magnitud 8,2 y que dejó alrededor de 2.000 edificaciones en el suelo.
La historia consigna que "Monchito" y su abuelo habían quedado atrapados al interior de la casa. Tras varios días de búsqueda incesante, profesionales diversos países e incluso la misma Marina mexicana, determinaron que ya no quedaba nadie vivo bajo los escombros.
Sin embargo, el caso captó la atención mundial cuando un grupo de voluntarios afirmaron haber oído golpes y señales de vida bajo los restos de cemento. La noticia provocó una oleada de esperanza entre quienes seguían atentos el desastre provocado por el peor de los terremotos vividos en la nación norteamericana.
"Monchito" se transformó en símbolo de la tragedia y varios equipos de emergencia se dedicaron a buscarlo exhaustivamente. Según el relato de su padre, Mauricio Navarrete, publicado por el diario español "El País" el 07 de octubre de ese mismo año, los voluntarios daban instrucciones al supuesto sobreviviente, a quien le pedían responder con golpes a las preguntas que le hacían.
"Dijeron: 'Si no puedes hablar, da dos golpes', y los dio. Se armó un revuelo. Después le pidieron: 'Si eres un adulto, da un golpe. Si eres un niño, da dos golpes'. Y dio dos golpes", sostuvo el progenitor. Para todos, "Monchito" estaba respondiendo.
Adivinadores, cantantes e incluso el embajador de Estados Unidos de la época, John Gavin, se hicieron eco de las peticiones de rescate del niño. El entonces Presidente de México, Miguel de la Madrid, ordenó que se mantuviera la búsqueda a toda costa. Mientras, los padres de Luis Ramón se aferraban a la idea de encontrarlo: "Saquen a mi hijo vivo o muerto", era la petición del progenitor según consigna el diario mexicano "La Prensa" en esa época.
Un niño fantasma
Pero todos los esfuerzos por llegar al pequeño no tuvieron resultados. Luego de tres semanas de labores, los trabajos de rescate terminaron sin hallazgo alguno de la presencia del menor. Ni vivo ni muerto. Un escenario de tristeza e incredulidad se sobrepuso en la opinión pública, profundamente marcada por la dura catástrofe. De hecho, tras la retirada de los rescatistas y las maquinarias, vecinos de La Merced tomaron sus palas y herramientas para continuar con las tareas de búsqueda.
Algunas hipótesis de la época indicaron que el menor habría muerto por el derrumbe y que su cuerpo habría quedado enterrado y abandonado bajo los escombros. Otras, simplemente apuntan a que el niño nunca existió y que la comunidad fue víctima de "histeria colectiva" debido al shock que les provocó el evento sismológico.
También, hay quienes afirman que todo fue una historia amplificada por los medios de comunicación, ansiosos por obtener un caso ejemplar de la tragedia. O, incluso, algunos afirman que la presunta familia del pequeño en realidad sólo buscaba acceder a la vivienda porque deseaba recuperar una caja fuerte.
Más allá de las conjeturas, lo cierto es que nunca se supo la verdad de lo ocurrido. A 32 años de aquel suceso, la historia de "Frida Sofía", que mantuvo en vilo a la sociedad mexicana por más de 48 horas y que fue finalmente desmentida por las autoridades, repite la historia: un supuesto niño o niña atrapado bajo los escombros, símbolo de un fatal terremoto, un 19 de septiembre.