BERLÍN.- La canciller alemana, Angela Merkel, favorita para las elecciones, y su rival socialdemócrata Martin Schulz celebrarán este sábado en sus respectivos comandos los últimos actos de una campaña marcada por el ascenso de la derecha nacionalista.
En vísperas de las elecciones, la canciller de 63 años se desplazará a su circunscripción, la región de Mecklemburgo-Pomerania occidental, en territorio de la extinta RDA.
Merkel no eligió la opción más fácil ya que dentro de su itinerario está la localidad de Greifswald, donde su partido perdió en las elecciones regionales del año pasado contra la formación de derecha nacionalista Alternativa para Alemania (AfD).
En las últimas semanas el desgaste de la Unión Cristiano-Demócrata (CDU) tras 12 años en el poder, comenzó a quedar en evidencia en varios mítines en los que activistas de ultraderecha gritaron consignas en su contra.
En su último gran mitín celebrado el viernes en Múnich, su discurso fue acompañado por persistentes abucheos.
Schulz, muy por debajo en los sondeos, estará en la otra punta del país, en Aquisgrán, cerca de su localidad natal.
Con un tercio de indecisos y la sostenida erosión de los votantes conservadores en las últimas encuestas, el antiguo presidente del Parlamento Europeo de 61 años todavía no se rinde.
¡"Quien no vota por el SPD vota por Merkel!", dijo.
Pero, salvo que las encuestas se equivoquen, las apuestas están cerradas y según dos sondeos publicados el viernes por los institutos Insa y Forsa, Unión Cristiano-Demócrata (CDU) de Merkel y su aliado bávaro (CSU) obtendrían entre el 34 y el 36% de los votos.
De confirmarse este panorama, la coalición de Gobierno obtendría una votación cercana a su segundo peor resultado de la historia y los socialdemócratas tampoco obtendrían un buen resultado sumando entre un 21 y un 22% de las preferencias.
La AfD al acecho
En la recta final, la AfD ha ido sumando intenciones de voto y actualmente alcanzaría entre el 11 y el 13%.
El partido, fundado en 2013, ha radicalizado su campaña, centrando sus ataques contra los migrantes, los musulmanes y el arrepentimiento por los crímenes nazis.
Por detrás quedaría la izquierda radical (Die Linke) con entre 9,5 y 11% de las preferencias.
Para el diario Süddeutsche Zeitung, la llegada de AfD a la Cámara Baja, marcaría la primera vez que un partido de este corte entra en el parlamento desde 1945.
"Los racistas (...) van a llegar al Parlamento. La seriedad de esta situación fue comprendida demasiado tarde", destacó al diario, que dijo que frente a un evento de este tipo es difícil calificar la campaña como aburrida.
"Esta Alternativa para Alemania, no es una alternativa, es una vergüenza para nuestra nación", dijo el viernes Schulz en un mitín celebrado en Berlín.
Pocas opciones
Al desafío del posible auge electoral de la derecha nacionalista se suma la incógnita de qué partido va a asociarse con Merkel para formar gobierno.
La canciller saliente ya anunció que no va a aliarse con formaciones del extremo del espectro. La opción más simple, en teoría, sinónimo además de la continuidad, sería repetir una gran coalición con los socialdemócratas.
Otra posibilidad para la canciller: una alianza con el partido liberal FDP, que parece va a retornar al Bundestag tras haber salido del parlamento en 2013, y con los Verdes.
Sin embargo, las divergencias entre ecologistas y liberales sobre el futuro del diésel o la inmigración serán difícilmente solubles en caso de que se optara por esta vía.