PALO ALTO.- Miles de residentes afectados, al menos 40 víctimas fatales y 6.000 edificios reducidos a cenizas es el balance que, hasta el momento, han dejado los devastadores fuegos del norte de California.
Más de 20.000 personas han sido evacuadas como medida de precaución por estos incendios que desde el pasado domingo han calcinado más de 86.000 hectáreas -una superficie algo más grande que toda la ciudad de Nueva York- y se han posicionado ya entre los más mortíferos en la historia de ese estado.
Tras varias jornadas de lucha contra las llamas, los bomberos y servicios de emergencia han conseguido lentos avances contra la quincena de incendios que continúan activos. Los condados de Sonoma y Napa, conocidos mundialmente por sus viñedos, son dos de las zonas más afectadas.
Cientos de voluntarios se han conectado a través de numerosos grupos de Facebook con el objetivo de reunir productos de primera necesidad como agua, linternas, pañales y mantas, y llevarlos a la zona más afectada. Por otro lado, la plataforma de arriendo por internet Airbnb también puso en marcha una iniciativa para ofrecer habitaciones y residencias gratuitas a los evacuados hasta finales de octubre.
Además, las autoridades explicaron que están recibiendo el apoyo adicional de cientos de bomberos de otros estados, como Nevada, Oregón y Washington, que se han desplazado hasta el norte del estado para ayudar en las labores de extinción.
Algunas oficinas y negocios se han convertido en refugios improvisados y han abierto sus puertas para ofrecer comida y un lugar de descanso al personal de emergencia desplazado.
Estos incendios son ya los más mortíferos desde 1933 en California, un estado muy acostumbrado a fuegos devastadores, debido a las altas temperaturas y la escasez de precipitaciones.