¿Qué pasa en Zimbabwe?: El caótico escenario que vive el país africano marcado por una intervención militar
En medio de una dura crisis económica y una tensa disputa política, la nación enfrenta un complejo escenario, luego de que el Ejército bloqueara calles y detuviera al Presidente Robert Mugabe (93), quien lleva 30 años en el poder.
15 de Noviembre de 2017 | 12:44 | Por Valentina Salvo U., Emol
SANTIAGO.- Tanques bloqueando las calles y los ingresos a la sede del Gobierno; el Presidente, Robert Mugabe, y al menos tres de sus ministros siendo detenidos; y un militar dando un discurso ante las pantallas del principal canal de televisión local. Así han sido las últimas 24 horas en Zimbabwe, país africano que se encuentra en medio de una crisis política y económica, y que desde la tarde de este martes vive uno de los momentos más caóticos de su corta historia.
El lunes, el jefe de las Fuerzas Armadas, Constantine Chiwenga, había asegurado que se tomarían "medidas correctivas" si se continuaba en la situación política actual. La advertencia se hizo realidad la noche del martes, cuando el Ejército se tomó las principales calles e instituciones de la ciudad de Harare, la capital del país, y se confirmó una vez que durante la madrugada, un uniformado dijo que se había emprendido una operación contra los "criminales" del entorno del Presidente.
El complejo escenario en la nación africana provocó que los ojos de la comunidad internacional se viraran directo hacia ella y que autoridades de, por ejemplo, Sudáfrica, la Unión Europea o el Reino Unido, llamaran a una solución política. Pero la tensión tiene un origen: ¿qué está pasando en Zimbabwe y cómo llegó hasta dicha situación?
Un caótico panorama económico
Zimbabwe es un país joven. En 1972, grupos insurgentes liderados por Robert Mugabe se alzaron contra el régimen racista de la minoría blanca y en 1980 lograron que el territorio colonial hasta entonces llamado Rodesia, se independizara bajo el nombre de Zimbabwe. Siete años más tarde, Mugabe se consagraría como jefe de Estado junto a su formación política, el Partido Unión Nacional de Zimbabwe (ZANU-FP).
Como máxima autoridad, el líder más longevo del mundo - hoy con 93 años - basó su política en la eliminación de la legislación racista y en la reconstrucción de la economía. Precisamente, algunas de sus medidas para mejorar las finanzas terminaron siendo clave para que se desarrollara la compleja situación actual. Entre éstas figura una reforma agraria que permitió la ocupación de cientos de granjas, tras autorizarse su expropiación sin indemnización, y que provocó consecuencias negativas para el sector.
A ello se suma una política de control de precios y del cambio de divisas extranjeras. Todo, finalmente, confluyó en un gran problema que hizo conocido al país en sociedades de todo el mundo: la hiperinflación superó un 5.000% y generó que en 2009 la moneda fuera eliminada, comenzando a utilizarse otras divisas.
Esta crisis económica, que generó altos índices de pobreza, vino de la mano con una grave inestabilidad política, que durante el último tiempo se ha visto marcada por las disputas entre la oposición y el Ejecutivo; la esposa del Presidente y el vicepresidente; y ahora entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas.
La lucha interna
Durante años, el partido gobernante, al igual que Mugabe, se ha visto envuelto en acusaciones de corrupción y de violación a los derechos humanos. A pesar de que ha sido reelecto y sigue gobernando por las últimas tres décadas, en innumerables ocasiones el partido opositor, el Movimiento por el Cambio Democrático (MCD), y la sociedad internacional, lo ha acusado de fraude electoral. En 2008, sin embargo, la oposición y el oficialismo lograron una coalición de Gobierno tras meses de negociaciones y protestas.
Pero el principal de los problemas que sufre el Gobierno de Mugabe es la batalla interna entre la primera dama, Grace Mugabe (52), y el ahora ex vicepresidente Emmerson Mnangagwa (75). Ambos han desatado una crisis política, al disputarse el puesto de sucesor del actual nonagenario Presidente.
Mnangagwa, apodado "cocodrilo" debido a su longevidad política, era el más coherente sucesor, considerando que estuvo con Mugabe desde el principio, sirviendo como su asistente durante la lucha de liberación y más tarde como su jefe de inteligencia y ministro de gabinete. La primera dama, en cambio, ha adquirido notoriedad como una aspirante al cargo, tras convertirse en la líder de la liga de mujeres del partido gobernante.
Pero todo el caos llegó a su punto de máxima tensión el 6 de noviembre pasado, cuando Mnangagwa fue destituido. Fue acusado de "deslealtad y escasa honradez en la ejecución de sus deberes" y cesado de sus funciones. Esta decisión, para algunos, estaría relacionada directamente con las intenciones de la esposa de Mugabe de llegar al poder.
El despido del vicepresidente provocó el enojo de parte de las Fuerzas Armadas, que suelen defender a los ex combatientes de la guerra. Ante ello, el jefe de la institución, Constantine Chiwenga, advirtió el lunes se tomarían "medidas correctivas" si continúa la purga de veteranos en el partido del Mandatario. Mientras, Mnangagwa huyó a Sudáfrica y, en un comunicado, sostuvo: "Pronto controlaremos los resortes del poder en nuestro bello partido y país".
Sólo un día después, la acción se concretó. Los tanques salieron a la calle, el Ejército se tomó el canal estatal y detuvo a la familia del Presidente Mugabe, quien, según se especula, podría dimitir en las próximas horas.