SANTIAGO.- Este miércoles se cumple una semana de la desaparición del
ARA San Juan, el submarino de la Armada de Argentina que salió desde la Base Naval Ushuaia rumbo a la de Mar del Plata y cuyo rastro es aún una incógnita, por lo que las labores para dar con el paradero se intensifican.
Ante esto, las autoridades lo tienen bastante claro: están en una lucha contra el tiempo, por lo que se hace urgente hallar el buque si es que este tuvo alguna emergencia. Así lo reconoció el vocero de la Armada trasandina, Enrique Balbi, quien enfatizó que, en el peor de los casos, la nave "cuenta apenas con suficiente oxígeno para siete días si permanece sumergido".
Esa sería la situación extrema porque, según informa a
Emol el presidente del
Círculo de Submarinistas de Valparaíso (agrupación que reúne a especialistas retirados),
Juan Canales, es vital saber si el submarino tiene la capacidad de subir a la superficie, lo que cambiaría el panorama.
"La reserva de oxígeno depende de la atmósfera que se está generando al interior del buque, porque se va renovando periódicamente a medida que el buque va 'snorkeleando', esto es, tirar un caño hueco hacia arriba, se echan a andar los motores y permanentemente se barre. Una vez que se deja de 'snorkelear' el buque baja y empieza a consumirse al interior", explica.
No obstante, si esas condiciones no existen y ante una emergencia la máquina se encuentra sumergida, la situación se complica y las reservas de oxígeno se consumen poco a poco y se activan los diversos protocolos establecidos para este tipo de casos.
Reacción en situaciones de emergencia
Ante una emergencia, Canales recalca que "los submarinos tienen un sistema de generación de oxígeno y maquinaria absorbente de dióxido de carbono (CO2), pero eso tiene un límite de acuerdo a la cantidad de personas que respiran, etc.". Así, ante esto, "se baja al máximo el funcionamiento de la maquinaria, porque todo eso repercute en el consumo de oxígeno", agrega.
Además, este submarinista afirma que existen unos bancos de escape de aire a los que se puede recurrir en caso de que el buque esté sumergido, por lo que "inmediatamente se activa ese protocolo de escape y ahí hay otro aire especial, por eso que los argentinos hablan de siete días".
En este tipo de situaciones, explica el especialista, la gente se concentra en un sector específico de la nave para consumir el oxígeno: "No es que toda la capacidad cúbica del submarino esté con la misma cantidad de oxígeno, hay un sector de él donde se aglutina la gente y ahí todos empiezan a consumir en ese sector. Eso alarga más la estadía en emergencia", indica, añadiendo que junto con eso la tripulación se esfuerza por comunicarse con la base en tierra.
En medio de todo esto también, quienes se encuentran en esta zona de emergencia deben realizar "el mínimo movimiento, porque si se empiezan a mover consumen más oxígeno". A esto hay que agregar las condiciones en que se encuentre cada tripulante, lo que podría complicar las cosas.
No obstante, Canales es optimista respecto a las labores de búsqueda, señalando que "los medios de los que se disponen hoy en día son bastante eficientes (...) Yo creo que los van a encontrar, una vez que las condiciones atmosféricas del mar lo permitan".
Así, advierte que hay que poner énfasis en los familiares de los tripulantes, que son los que más sufren en casos como este: "Uno sale a navegar y espera que todo salga bien, entonces la familia está tranquila porque permanentemente se establecen las comunicaciones, pero ya en casos como este, surge la desesperación", recalca, señalando la importancia de la contención psicológica en estos eventos.