WASHINGTON.- Una decena de legisladores estadounidenses, la mayoría demócratas, consultaron en diciembre a una profesora de psiquiatría de la Universidad de Yale para analizar la salud mental del presidente Donald Trump.
Según Político de CNN, un senador republicano, cuya identidad no fue revelada, se habría unido el grupo para escuchar e interrogar a la profesora Brady Lee, editora del libro "El Peligroso Caso de Donald Trump", una serie de ensayos de psiquiatras que analizan el estado psicológico del Presidente de Estados Unidos.
"Los legisladores dijeron que están preocupados por el peligro que representa el presidente, el peligro que representa su inestabilidad mental al país", explicó Lee a CNN.
Diagnosticar a un paciente sin haberlo atendido en consulta contraviene los principios de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, que llamó a sus miembros a abstenerse "de dar una opinión profesional sobre el estado mental de una persona que no ha sido evaluada personalmente".
La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, denunció las declaraciones de "vergonzozas".
"Si no estuviera apto (para la función de presidente), no estaría probablemente donde está, y no habría derrotado al mejor grupo de candidatos que jamás ya tenido el Partido Republicano", señaló en alusión a las primarias de 2016.
En la Cámara de Representantes, 57 legisladores demócratas -30% del total- también redactaron un proyecto de ley para crear una comisión parlamentaria especial sobre "la incapacidad presidencial", con el fin de "determinar si el presidente esta psicológicamente o físicamente capacitado para asumir sus funciones".
Las Constitución estadounidense prevé dos formas de remplazar al presidente.
La primera es la destitución mediante una votación en el Congreso. La segunda se activa mediante la 25 enmienda, ratificada en 1967, que permite al vicepresidente y a la mitad del gabinete declarar que el presidente es "incapaz de ejercer el poder y de cumplir con los deberes de su cargo". El vicepresidente asume entonces las funciones presidenciales.
En caso de que el Presidente desafíe esta decisión, corresponde al Congreso confirmar a través de una votación (se requieren dos tercios a favor) el traspaso de funciones.