LIMA.- El presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, remodeló hoy su gabinete de ministros, que seguirá dirigiendo la economista Mercedes Aráoz, con cambios en nueve despachos y la promesa de mantener "una ruta de diálogo permanente con los ciudadanos".
El gabinete de Aráoz mantuvo a diez ministros e incluyó, entre los nuevos, a la abogada Cayetana Aljovín como ministra de Relaciones Exteriores y al miembro del Partido Aprista Javier Barreda como ministro de Trabajo, lo que generó que su partido anunciara de inmediato su "expulsión definitiva".
Tras tomar el juramento en el Palacio de Gobierno de Lima, Kuczynski ofreció "un Gobierno cercano a la gente y sus necesidades, dispuesto a solucionar los problemas que enfrentan en el día a día, colocando el Estado al servicio y no a los intereses personales".
"Necesitamos poner a un lado nuestras diferencias por este objetivo mayor, que es la unión", sostuvo en alusión a la crisis política desatada después de que el pasado 24 de diciembre indultara al ex Presidente Alberto Fujimori, quien cumplía una condena a 25 años de cárcel por delitos de lesa humanidad.
Al inicio de la ceremonia, Kuczynski cometió un lapsus al tomar juramento a Aljovín como ministra de Energía y Minas, el cargo que ocupaba hasta hoy, lo que generó un estallido de risas en los asistentes.
"Eso pasa por no leer bien lo que me han dado", comentó el gobernante antes de corregir su error.
Posteriormente, tomó juramento a José Arista como ministro de Agricultura y Riego; Jorge Meléndez, como ministro de Desarrollo e Inclusión Social; Abel Salinas, como ministro de Salud; y a Javier Barreda, como ministro de Trabajo.
Además, a Jorge Kisic, como ministro de Defensa; Alejandro Neyra, como ministro de Cultura; Lieneke Schol, como ministra de la Producción; y Ángela Grossheim, como ministra de Energía y Minas.
El "gabinete de la reconciliación"
Al término de la ceremonia, Kuczynski se refirió a la crisis generada en su país por el pedido, finalmente archivado, para que sea destituido por el Congreso por sus vínculos de una empresa suya con la constructora brasileña Odebrecht y el indulto otorgado a Fujimori.
El gobernante dijo que hoy culminó "una etapa muy importante" en su gestión y aseguró que "en estos días de profunda reflexión" ha conversado "con distintos grupos y fuerzas políticas y peruanos de buena voluntad".
"Los últimos 30 días han sido probablemente inéditos en nuestra vida política, hoy vivimos momentos de crispación, pero debemos apostar por el entendimiento para devolverle la estabilidad a nuestro país", acotó.
Reconoció, además, que "quizá la reconciliación será un objetivo difícil de alcanzar", pero prometió que no cesará "un segundo" en su "esfuerzo por honrarla".
"Es natural que existan diferencias entre nosotros, ese es el sentido de la democracia, sin embargo, a pesar de nuestras diferencias, les pido a todos unirnos combatir los verdaderos problemas den nuestra nación, la pobreza, la desigualdad en los servicios, la inseguridad, la corrupción", concluyó.