LA PAZ.- El Presidente de Bolivia, Evo Morales, cumple doce años de gobierno con la posibilidad de mantenerse en el poder en un nuevo intento electoral en 2019, ante temas irresueltos en el país andino como la Justicia y la sanidad pública, motivos de protesta en el último año. Asimismo, sólo un 34% de la población está de acuerdo con las gestiones hechas durante su mandato y un 70% está en contra de su reelección.
El Presidente celebrará este 22 de enero el 12° aniversario de la fundación del Estado Plurinacional de Bolivia instituido por decreto cuando asumió la presidencia en 2006 luego de una aplastante victoria electoral. El gobernante en esta fecha acostumbra a brindar al Congreso un informe de varias horas sobre la situación del país, para luego encabezar algunos festejos.
No obstante, no todos están de acuerdo con sus gestiones durante este período, y menos aún, con su candidatura para una posible reelección que lo mantendría en el poder hasta el 2025.
El Mandatario cumple su duodécimo año con un respaldo del 34%, 24 puntos menos de los que tenía en enero de 2017. Así lo evidencia el estudio de Equipos Mori publicado por el diario El Deber, realizado en las ciudades de La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz de la Sierra, entre el 15 y el 18 de enero, con un margen de error de 3,4%. Así, la gestión del jefe de Estado inicia un nuevo año con una desaprobación del 59%.
Una situación bastante similar es la que se vive tras el fallo constitucional que le permitirá repostularse a la presidencia en 2019. El Gobierno boliviano había presentado un recurso al Tribunal para declarar
la inaplicabilidad de varios artículos de la Constitución y de la ley de Régimen Electoral, que impedían a Morales ser candidato en 2019, esto luego del plebiscito de 2016 que rechazó la posibilidad de una nueva reelección.
No obstante, tras el fallo entregado en noviembre del 2017, el Mandatario sí podrá postular por cuarta vez al liderazgo del país. Sin embargo, sólo un 28% está a favor de esta medida mientras que un 70% está en contra.
Cuando se le preguntó a la población si estaban de acuerdo con que el Presidente haga uso del fallo para presentarse en las elecciones del próximo año, solo un 30% estuvo a favor, frente a una oposición de un 68%.
Los doce años de Morales en el Gobierno se han caracterizado en materia política por la promulgación de la Constitución del país en 2009 y por lo que ha llamado la "revolución democrática y cultural", un proceso de inclusión social de los grupos desfavorecidos, como indígenas y mujeres, que ahora busca ampliar hasta el 2025 si es reelegido en 2019.
El abogado y analista político Gonzalo Mendieta dijo a la agencia de noticias EFE, que la presidencia de Morales "ha roto un dique para bien", hacia una mayor "igualdad en la sociedad boliviana", pero pese a ello no ha "podido construir un nuevo orden".
"Es lo que va a quedar de este proceso (la inclusión) y mi impresión es que cumplido este objetivo no hay más cosas que puedan añadirse a la agenda grande del país", indicó el experto.
Consideró que la pretensión de Morales y su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), de mantenerse en el poder ha hecho que afronte los problemas con una mirada a corto plazo y el uso de una "retórica feroz" contra sus detractores.
También, a su juicio, existe en Bolivia "una mayoría políticamente no articulada que se muestra descontenta con algunas decisiones del Gobierno", opuesta a la reelección de Morales, que ha manifestado su desacuerdo en "temas subsidiarios" como la Justicia y la sanidad.
Morales y su Gobierno han reconocido abiertamente que los problemas en la Justicia del país son algo pendiente y además han convocado a un gran encuentro nacional para mejorar la sanidad pública, luego de que una huelga médica de mes y medio desnudara problemas estructurales en el sistema sanitario.
No obstante, los colaboradores del Mandatario han identificado a la estabilidad política y al crecimiento económico como los logros más importantes de su gestión, por lo que encuentran que ambos aspectos son las razones principales para que la presencia del líder indigenista en el Gobierno se extienda.
La abogada y ex legisladora oficialista Rebeca Delgado declaró a la misma agencia de noticias que, pese a los logros de inclusión social, "no ha habido una revolución moral" en el Gobierno, lo que hace que los "niveles de inclusión ni se vean" y en cambio sean más percibidos los "problemas de corrupción".
Delgado fue presidenta de la Cámara de Diputados durante el segundo Gobierno de Morales (2010-2014) y se apartó del partido MAS tras fricciones internas con el vicepresidente el país, Álvaro García Linera. Para la jurista, en los últimos años el Estado ha manejado la gestión bajo criterios "políticos y partidarios", como la asignación de cupos de poder y la utilización de las leyes a beneficio propio, lo que en su opinión ha afectado su legitimidad.
"En la Asamblea (Parlamento) tienen dos tercios (mayoría), pero en la calle ya no tienen dos tercios", apuntó la política.
Morales pidió a su equipo de ministros, antes de comenzar el año, hacer más eficiente la ejecución del presupuesto público para cumplir con las metas de desarrollo, antes de pensar en la campaña electoral para los comicios presidenciales de 2019.
El Mandatario se presenta como el candidato inamovible e imprescindible dentro del oficialismo, mientras que los sectores sociales y el MAS piensan en quién podría acompañarlo dado que su vicepresidente García Linera descartó la posibilidad de ir a la reelección.