SANTIAGO.- Tienen el mismo apellido, aunque no son familiares, y ambos resultaron dar una sorpresa tras los resultados de las presidenciales de este domingo en Costa Rica. El diputado evangélico Fabricio Alvarado y el ex ministro oficialista Carlos Alvarado, disputarán el liderazgo del país caribeño en un balotaje el próximo 1 de abril.
Ello, luego de que los comicios de ayer estuvieran marcados por un alto nivel de abstención y de que ninguno de los 13 candidatos lograra adjudicarse más del 40% necesario para ganar en primera vuelta. Pero la disputa electoral llamó la atención de analistas y electores, pues no esperaban que los dos Alvarado fueran los elegidos para continuar en carrera.
Una elección que, además, demostró la división que vive la sociedad costarricense respecto del camino que debería seguir el país caribeño en temas como los derechos de la comunidad LGBT. Los dos aspirantes aún en competencia
representan lados opuestos en materia de la agenda valórica, principalmente sobre
matrimonio igualitario.
Una situación que marcó la campaña electoral y que fue generada luego de una decisión en enero de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), que determinó que Costa Rica debe permitir que las parejas homosexuales se casen, adopten niños y disfruten de otros derechos concedidos a las parejas casadas.
Un "shock religioso"
Quien corre con la primera mayoría de las preferencias es Fabricio Alvarado. Periodista, predicador y cantante cristiano de 43 años, hasta hace un mes atrás las encuestas le entregaban solo un 3% de las intenciones de voto. Sin embargo, este domingo dejó a todos con la boca abierta tras recibir el 24,8% de los sufragios (resultados con el 87% escrutado).
22 puntos aumentó la popularidad del diputado en un mes
"En medio de los errores que pudimos cometer, debo reconocerles que no vi venir que en tres semanas Fabricio pudiera pasar de un 3% a un 25% de apoyo,
es algo que nunca había visto en tantos años de vida política", dijo el empresario agrario
Antonio Álvarez, candidato del Partido de Liberación Nacional, quien quedó tercero en los comicios presidenciales.
Su meteórico ascenso se lo debe, de hecho, a la decisión del organismo internacional. Según el Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP), la opinión de la corte "provocó un shock religioso en el país, lo cual repercutió en la intención de voto del electorado costarricense". En Costa Rica el 70% de la población se declara católica y el 12%, evangélico.
Tras conocerse el fallo, Alvarado dijo que la determinación de la Corte IDH era una "violación a la soberanía" y sugirió que pediría que su país saliera de la jurisdicción del tribunal internacional auspiciado por la OEA, que tiene su sede en la misma capital de Costa Rica, San José.
66% está en contra del matrimonio igualitario
La CIEP estipula que cerca de
dos tercios de los costarricenses se opone al matrimonio igualitario, lo que se reflejó en los resultados de Fabricio Alvarado en las encuestas: su apoyo creció súbitamente, en especial en los sectores conservadores. "Costa Rica le ha dejado algo muy claro a los políticos tradicionales:
Nunca más se metan con la familia (...) nunca más se metan con nuestros hijos", dijo el candidato del partido Restauración Nacional (RN) anoche.
Temor en el progresismo e indecisión
Aunque el ascenso del predicador fue notable en los días posteriores al fallo, la escalada del oficialista Carlos Alvarado se aceleraría más tarde. El premiado escritor de ficción y periodista de 38 años fue el único candidato que durante la campaña declaró estar a favor del matrimonio igualitario y llevó consigo la bandera progresista del actual Gobierno de Luis Guillermo Solís.
No partió como favorito. De hecho, ninguna de las encuestas lo posicionó en algún momento como uno de los dos aspirantes que pasaría al balotaje. Hasta antes de la decisión del tribunal, el tema que se tomaba la campaña tenía que ver con la corrupción. Carlos debió lidiar la implicación de Solís y su gobierno - del cual fue ministro- que se vio salpicado por un caso de tráfico de influencias denominado "Cementazo", y que estalló en 2017.
36% de abstención se registró este domingo
Sin embargo, la
amenaza conservadora de algunos candidatos a la agenda valórica del Ejecutivo acabó por animar a sus bases, quienes le dieron una remontada de último minuto y un pase directo a la segunda vuelta: obtuvo un
21,6% de los votos. Un hecho tan inesperado como la victoria que le entregó la presidencia a Solís en 2014.
También influyeron los cientos de miles personas que días antes de los comicios no sabían por quién votar. Según la última encuesta previa del CIEP, un 36,5% de los votantes estaban indecisos. Cifra que se asemeja a la de la abstención que se registró ayer, que alcanzó un 36% en un sistema donde el voto es teóricamente obligatorio, pero donde no hay sanciones para quien no asista a sufragar.
Así, la falta de identidad partidaria, la volatilidad de la intención de voto y la indecisión le jugaron a favor al candidato del Partido Acción Ciudadana (PAC), colectividad que volvió a dar la sorpresa.
Costa Rica es el primer país latinoamericano que concurre a las urnas en 2018, un año en que Brasil, México, Colombia, Venezuela y Paraguay también elegirán nuevo mandatario. No obstante, habrá que esperar hasta abril próximo, cuando 3,3 millones de ciudadanos están convocados nuevamente para definir quién será su próximo presidente.