De izquierda a derecha: Donald Trump (Mandatario de EE.UU.), Moon Jae-in (Presidente de Corea del Sur) y Kim Jong-un (líder norcoreano).
Agencias
SANTIAGO.- En una posición complicada podría quedar la relación entre Estados Unidos y Corea del Sur tras el reciente acercamiento entre éste y Corea del Norte. En las últimas semanas, se han visto diferentes gestos conciliadores entre ambas Coreas, entre otras cosas, por la conformación de una selección única de hockey femenino sobre hielo y que ambos países marcharan juntos en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos (JJ.OO.) de Invierno de PyeonChang.
Sin embargo, el hecho que causó mayor revuelo mediático fue la decisión del líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, de enviar a su hermana menor, Kim Yo-jong, a suelo surcoreano para que asistiera a la apertura del evento deportivo y se reuniera con el Presidente del Sur, Moon Jae-in.
Tras la ceremonia ocurrida el pasado viernes,
la representante del Norte le entregó una carta escrita a mano al Presidente surcoreano para que visite
Pyongyang. De ocurrir dicho encuentro, sería la primera reunión entre ambos Mandatarios después de
más de una década.
El histórico encuentro entre Kim Yo-jong y Moon Jae-in sucedió a pesar de las advertencias de EE.UU. de un posible acercamiento con Pyongyang. El Gobierno estadounidense de Donald Trump ha mostrado cierta preocupación de las relaciones cercanas que han tenido ambas Coreas en el último tiempo en el marco de los JJ.OO. de Invierno debido a la "ofensiva diplomática" que está realizando el Norte en medio de la tensión por su programa nuclear.
A pesar de esto, Mike Pence, el vicepresidente de EE.UU., aseguró que su país está listo para tener conversaciones con Corea del Norte.
En conversación con Emol, el profesor de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (Anepe), Miguel Navarro, afirmó que la reacción ideal de EE.UU. ante este escenario sería "no debilitar su alianza" con Corea del Sur.
Navarro apuntó que "hay que entender que estas reuniones entre las dos Coreas han ocurrido antes, nunca han tenido mucho efecto duradero porque la idea de la reunificación en Corea es muy difícil porque los regímenes políticos son totalmente distintos, esto no es como Alemania, no es posible pensar en una reunificación como ocurrió en Alemania".
Por ello, hizo énfasis en que "lo que EE.UU. tiene que dejar claro es que se mantiene intacta la alianza con Corea del Sur, y que éste sepa que siempre cuenta con EE.UU. y que no dé la impresión de que esta ofensiva diplomática que ha iniciado el régimen de Corea del Norte pueda debilitar la alianza entre Corea del Sur y Estados Unidos. Esa es la esencia del asunto".
De la misma forma, el experto en temas internacionales
Guillermo Holzmann subrayó que la invitación que hace Corea del Norte al Sur, en el contexto de JJ.OO. de Invierno, "donde ha habido un acercamiento,
Estados Unidos lo considera positivo, pero ese diálogo no puede ser eterno si no hay resultados concretos en torno a un sometimiento de Corea del Norte al control nuclear de Naciones Unidas".
Además, manifestó que para EE.UU., esta situación es de "observancia" particularmente en la medida en que el Norte termine "comprometiéndose al desarme de su capacidad nuclear de uso militar" y en la "medida en que coopere a distender el ambiente de tensión que hay en el área".
El analista indicó que el Gobierno del Presidente Trump va a estar de acuerdo con este encuentro mientras lleve a Pyongyang a que se someta a un "control externo que debiera estar liderado por China y Rusia, a lo menos, para poder evitar y asegurarse que Corea del Norte no desarrolle una capacidad que pueda ser una amenaza a los intereses" internos.
Ante este escenario político y en medio del desarrollo de los JJ.OO. en PyeonChang, el futuro de esta reunión aún es incierto. Si bien EE.UU. se mantiene al límite de la situación, todavía falta programar cuándo y cómo se llevará a cabo la cita que podría marcar un "antes y un después" en la relación entre ambas Coreas.