LA HAYA.- El Gobierno holandés sufrió este martes su primer golpe tras la dimisión del ministro de Relaciones Exteriores, el liberal Halbe Zijlstra, quien mintió sobre su presencia en una reunión con el Presidente ruso, Vladimir Putin, y tergiversó lo que se dijo en ese encuentro al presentarlo como una declaración de guerra por Rusia.
"Es muy doloroso, pero había demasiadas dudas sobre mí y no puedo permitirme eso como ministro de Relaciones Exteriores. No puedo defenderme de lo que pasó, solo había una solución, la dimisión", dijo Zijlstra en declaraciones a la prensa a la salida del Parlamento y tras presentar su renuncia tan solo cuatro meses después de jurar el cargo.
Durante los últimos años, el ministro ha contado en varias ocasiones que él había estado personalmente en un encuentro con Putin, en el que le escuchó hablar de sus pretensiones expansionistas anexionando varios territorios para formar la "Gran Rusia".
En realidad, Zijlstra había hablado con un alto directivo de Shell, Jeroen van der Veer, que sí estuvo en 2006 en una reunión con Putin y concluyó de sus palabras que había una amenaza de guerra con Rusia.
Van der Veer advirtió hoy en una carta al diario Volkskrant de que en realidad el Presidente hablaba "en términos históricos" de lo que había sido Rusia y no como una declaración de guerra contra Europa ni con "planes militares" para anexionar territorios vecinos.
"Lo que quiere Rusia es volver a unirse con Bielorrusia, Ucrania y los Estados Bálticos, y sería bueno poder añadir también Kazajistán", dijo el ministro en una conferencia en 2016, y lo repitió en otras entrevistas y encuentros.
La embajada rusa en Holanda condenó hoy en un comunicado la "mentira" del ministro y acusó a "los funcionarios" holandeses de hacer sistemáticamente acusaciones falsas contra Rusia.
Además, pidió aprovechar este escándalo protagonizado por el ministro para "entender que Rusia es un socio indispensable en la lucha contra los nuevos desafíos y amenazas" en el mundo y no un "enemigo" con intenciones "hostiles y agresivas".
Asimismo, agregó que los medios de comunicación holandeses difunden la idea de que Moscú "está obsesionada con la Gran Rusia" y advirtió que "es un error conectar a Rusia con la ambición de restaurar el imperio soviético".
La atención ahora se dirige hacia el Primer Ministro, Mark Rutte, quien también reconoció este martes que sabía "desde hace varias semanas" que su ministro había mentido sobre la reunión con Putin pero que no lo hizo público porque Zijlstra se comprometió a contarlo a la prensa personalmente.
En declaraciones a RTL Nieuws, Rutte subrayó que Zijlstra no le contó la verdad durante la entrevista anterior a la toma de posesión el pasado octubre y lamentó que de saberlo con anterioridad lo habrían hecho público "de inmediato".
Sin embargo, el Primer Ministro tildó esta mentira de "imprudente" pero no consideró necesario que Zijlstra tuviera que presentar su dimisión por ello, a pesar de que esta polémica podría dañar la credibilidad del Ejecutivo, que ya de por si cuenta con la ajustada cifra de 76 diputados en el Parlamento para sacar adelante sus proyectos de ley.
El líder del partido liberal VVD, Klaas Dijkhoff, dijo en una reacción tras la dimisión de Zijlstra que este político es "uno de los arquitectos del gabinete" y tenía "un valor inestimable" para el grupo, aunque lamentó que fue "muy imprudente" con la gestión de este tema al haber mentido durante todos estos años.
Por su parte, la oposición aplaudió la dimisión porque "un ministro que miente está en el lugar equivocado y un ministro de Exteriores que pone en peligro los intereses de Holanda es insostenible", dijo la líder socialista Lilian Marijnissen.
Mientras tanto, varios diputados, entre ellos el ultraderechista Geert Wilders, no consideraron suficiente la dimisión de Zijlstra y exigieron explicaciones a Rutte por "no haber dicho nada" después de que el ministro le informara sobre su mentira el pasado enero.