MOSCÚ.- Moscú recomendó a los 13 ciudadanos rusos acusados de supuesta injerencia en las elecciones de EE.UU. de 2016 que e
xtremen las precauciones y se planteen si deben viajar al extranjero, ante el peligro de que puedan ser extraditados a ese país.
"La situación es otra razón para reconsiderar si los ciudadanos rusos con los que la Justicia estadounidense tenga reclamos deben plantearse (la conveniencia) de viajar al extranjero", dijo el viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov.
El responsable ruso se refería a la acusación presentada el pasado viernes contra 13 rusos por el fiscal Robert Mueller, que investiga la supuesta injerencia de Moscú en las elecciones que llevaron a Donald Trump a la Casa Blanca.
Riabkov dio a entender que estas personas podrían ser extraditadas a Estados Unidos si se cumplieran las advertencias de la vocera del Departamento de Estado de ese país, Heather Nauert, que no excluyó nuevas sanciones contra Rusia como consecuencia de las acusaciones de injerencia.
El viceministro acusó también a Washington de caldear la situación en vísperas de las elecciones presidenciales rusas, al comentar la posibilidad de que sean sancionados esos 13 ciudadanos rusos.
"Paradójicamente, los norteamericanos dan pasos para injerir en nuestros asuntos internos, para atizar las tensiones en las relaciones bilaterales en vísperas de las elecciones presidenciales, y siguen acusándonos, de manera infundada, de interferir en sus procesos electorales", dijo Riabkov a un grupo de periodistas.
El número dos de la diplomacia rusa recalcó que "será muy complicado" sacar las relaciones con Estados Unidos de la situación en que se encuentran.
"Al igual que el año pasado, se utiliza la carta rusa en la lucha interna en EE.UU., pero ello fortalece el efecto secundario de fortalecimiento de la desconfianza y de nuestra percepción de EE.UU. como un socio extremadamente poco fiable, con el que es muy difícil llegar a acuerdos", agregó.
Riabkov calificó de "propaganda política" las declaraciones de la portavoz del Departamento de Estado acerca de que la amenaza de nuevas sanciones ha disuadido a varios países de la compra de armas a Rusia por un valor del orden de los US$3.000 millones.
Al mismo tiempo, denunció que Estados Unidos desarrolla una "política de chantaje e intimidación" para torpedear la cooperación militar de Rusia con otros países.