BERLÍN.- Angela Merkel asumió este miércoles como canciller de Alemania, para un cuarto mandato que inicia debilitada tras seis meses de incertidumbre, y que probablemente sea el último al frente de la primera economía de Europa.
De los 688 sufragios válidos, 364 diputados se expresaron a favor de su reelección en la votación secreta. "Acepto la elección", dijo ante la mirada de su madre, Herlind Kasner, de 89 años.
No obstante, el resultado de la votación da muestra de las dificultades políticas a las que se enfrentó para formar coalición, ya que solo obtuvo nueve votos más de la mayoría necesaria (355) y 35 menos de la mayoría teórica de 399 diputados conservadores y socialdemócratas.
Merkel juramentará el cargo a media jornada y celebrará el primer consejo de ministros de este gobierno rejuvenecido y casi paritario hacia las 17:00 horas (13:00 horas de Chile).
Su elección pone fin a una larga búsqueda de mayoría, nunca vista en la Alemania democrática, que terminó por renovar la coalición saliente de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de Merkel y sus aliados bávaros de la CSU con los socialdemócratas del SPD.
Merkel dirigirá un país sacudido por el ascenso de la extrema derecha de Alternativa para Alemania (AfD), que tras las elecciones de septiembre se convirtió en la primera fuerza de la oposición, con 92 diputados.
"Claridad" en Europa
Muchos observadores creen que este será probablemente su último mandato. Algunos predicen incluso un fin prematuro, ya que Merkel puso en apuros hasta a las filas conservadoras en los últimos meses. El SPD hará un balance de la coalición dentro de 18 meses.
"Es posible que esta coalición no dure cuatro años", consideró bajo condición de anonimato alguien cercano a la jefa del gobierno alemán.
El ministro designado de Finanzas y peso pesado socialdemócrata, Olaf Scholz, reconoció que el Ejecutivo no era fruto de "un matrimonio por amor" pero prometió que los aliados van a "trabajar juntos y gobernar correctamente".
Europa espera que la primera economía del continente esté lista para dar batalla pronto. Merkel tendrá que tranquilizar a sus socios sobre su capacidad para actuar en un momento en que la UE está sacudida por el Brexit, por el repliegue sobre sí mismos de algunos Estados miembros y por la creciente popularidad de los partidos antisistema.
La reforma de la UE es una prioridad en la hoja de ruta del nuevo Ejecutivo alemán. Según fuentes diplomáticas concordantes, el viernes viajará a París para discutir con el presidente francés, Emmanuel Macron, sus propuestas de reforma de la UE, especialmente la creación de un presupuesto para la zona euro, algo que no entusiasma mucho a Berlín.
De cara al Consejo Europeo de los días 22 y 23 de marzo, los dos dirigentes quieren, según Merkel "aportar claridad sobre lo que consideramos la próxima etapa".