SANTIAGO.- "Desde la creación del mundo, Dios era hombre. No quiero pensar por qué todos los líderes son del sexo masculino. Compañeros, no piensen mal de la mujer, ya que no todas, pero casi todas las mujeres son inferiores a los hombres".
La frase la pronunció el Presidente de Bolivia, Evo Morales, a fines de diciembre de 2015. Es una de las decenas de frases que enumeran Alejandra Serrate (28), Ximena Callau (28) y Gabriela Franco (30), tres de las mujeres que han puesto en aprietos al Mandatario boliviano.
Lo que las tres están haciendo es explicar cómo surgió "Resistencia Femenina", una plataforma de protesta en contra de la reelección a la que quiere postularse Evo Morales, a pesar del "No" que recibió en un referéndum convocado por él para cambiar la Constitución y permitir su cuarta aventura presidencial.
Si bien existe una oposición articulada en el país vecino y asociada a partidos políticos, este es el grupo ciudadano que ha tomado más fuerza en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.
"Él dice que la mujer sirve para taladrarse, que a las ministras se les caen los calzones, que tienen que empezar a poblar ciudades. Lo dice de frente: que las mujeres no son iguales que los hombres. Por eso causó un revuelo que fuera un grupo de mujeres las que ahora lo estén presionando", dice Serrate, a días de que el líder boliviano participe de los alegatos en La Haya.
Hacer "algo más"
Fue el día en que el Tribunal Constitucional de Bolivia falló a favor del actual Mandatario para permitir su anhelo cuando todo empezó a precipitarse.
Ese 29 de noviembre, Serrate cuenta que lloró frente a su televisor, porque recordó el sentimiento que tuvo el 21 de febrero de 2016, cuando el referéndum arrojó una negativa para Morales.
"Crecimos a la sombra de Evo, en un lugar donde todos los días se llevaban a alguien desde Santa Cruz a La Paz para ser juzgados por ser 'terroristas', en un lugar donde sabías que no podías hacer ciertas cosas porque te podían llevar preso"
Alejandra Serrate
"Yo festejé. Me fui a la plaza diciendo: 'Esto se acabó, por fin, gracias a Dios'. Imagínate cuando veo en la televisión que mi festejo estaba anulado", cuenta, mientras relata que volvió a dirigirse a la plaza, esta vez con un megáfono en la mano.
"Estaban pidiendo una 'bocineada', y yo les decía '¿Qué vamos a sacar con una bocineada? Este es el momento de levantarse'", recuerda.
Entonces se le acercaron algunas chicas, que le dijeron que se organizaran e hicieran "algo más". Intercambiaron números de teléfono y todo empezó con un grupo de Whatsapp de treinta personas, que hoy acumula 150 miembros.
Así nació "Resistencia Femenina".
Crecer con Evo
Cuando Evo subió a la Presidencia, Serrate tenía 15 años. "Él ha sido Presidente durante toda nuestra vida consciente, porque antes eres un niño y no te interesa lo que está pasando en tu país", explica.
Y dice, también, que creció "con miedo" en un departamento como Santa Cruz, que ha sido el bastión opositor de Morales desde su ascenso al poder y donde se han concentrado las disputas políticas.
"Crecimos a la sombra de Evo, en un lugar donde todos los días se llevaban a alguien desde Santa Cruz a La Paz para ser juzgados por ser 'terroristas', en un lugar donde sabías que no podías hacer ciertas cosas porque te podían llevar preso", cuenta.
Callau, por su parte, relata que ella nunca antes se había involucrado en política. "Pero yo conozco a cinco personas que están fuera del país por motivos políticos: o es el tío de una amiga, o el papá de un amigo, o el hermano. Nosotros crecimos con miedo", complementa.
Por eso, dice, el activismo que están haciendo "no es contra Evo en sí, sino a favor de la democracia". "Lo haremos contra Evo y lo haríamos contra cualquier político que haya hecho lo que él hizo, que fue gastar USD$ 24 millones y luego no respetar lo que el pueblo decidió".
Franco lo resume en una frase: "Es una olla a presión que ya explotó".
Las chicas del pañuelo rojo
La primera vez que se reunieron para un acto después del fallo del Tribunal Constitucional, se organizaron por Whatsapp. Como no se conocían, decidieron ponerse de acuerdo en una prenda que pudiera identificarlas entre la multitud, y acordaron un pañuelo rojo en el cuello.
Una semana después, en las protestas que surgieron en otras ciudades bolivianas, se veía a más personas llevando los pañuelos. Luego, el 8 de diciembre, en el primer día del "Bolivia Moda", la semana de la moda boliviana, la primera colección es desfilar presentó a todas sus modelos con el mismo pañuelo rojo amarrado en la muñeca.
"Las pañoletas han sido un símbolo en Bolivia de lo que es correcto. La pañoleta te la pones y estás luchando por algo que todos los países del mundo quieren: Libertad, justicia, democracia", cuenta Serrate.
"Había quienes no admitían que estas 'pelás' —jovencitas, niñas— hubieran logrado algo que otros grupos no estaban logrando. Bolivia es muy machista, entonces hubo resistencia cuando las mujeres fuimos las protagonistas del detonante, las que prendimos esta chispita", añade.
Protesta millennial
El pañuelo rojo es el mismo que Callou lleva ahora amarrado a su cartera, y el mismo que las tres usaron el 6 de diciembre pasado, cuando se sentaron en la entrada del edificio de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz Bolivia (Cainco) con una bandeja de 30 huevos.
"Es la cámara de empresarios, antes se necesitaba su apoyo para realizar las protestas. Además, los ciudadanos que salíamos a protestar reclamábamos que el sector empresarial se quedara callado. No veíamos a nadie pronunciándose", cuenta Callou.
Todos los huevos estaban escritos con plumón, con el mismo mensaje que también portaban en pequeñas pancartas: "Por si les faltan". La entidad suspendió la reunión que tenían fijada para ese día, temiendo que la idea de los huevos fuera lanzárselos.
30 Huevos que decían "Por si les faltan" llevaron a los empresarios
"La idea no era tirarlos, era en el marco del respeto y la legalidad, para que ellos hicieran algo. Y después sí recibimos su apoyo", recuerda Serrate.
Como esa intervención, han hecho otras: cuando envían a la policía de Santa Cruz —una ciudad donde las temperaturas superan los 30° y la humedad ronda el 70%— a retenerlas, ellas les sirven agua en pequeños vasos.
Durante el Dakar que se realizó en enero, dibujaron con 22 autos un mensaje que se leía desde el cielo: S.O.S. Enfrente, un lienzo: "Democracia para Bolivia".
Casi en paralelo, vistieron los monumentos de la ciudad con el pañuelo rojo o con una capa del mismo género, que decía con letras blancas "El héroe sos vos".
"Es la forma de decirle al ciudadano: De vos depende. Es el tema del empoderamiento ciudadano, y de lograr que entiendan que tienen el poder en sus manos para cambiar la situación política del país", dice Serrate.
Una lógica sorpresiva
Carlos Delius, ex presidente de la Cámara Boliviana de Hidrocarburos y Energía, es de una generación anterior a la de "Resistencia Femenina", pero reconoce que "estos movimientos ciudadanos le van a dar mucho dolor de cabeza al gobierno".
El también empresario dice que desde que Evo fue elegido Presidente, su gobierno ha buscado "descabezar" los departamentos donde existe mayor oposición, como Santa Cruz. "Han deshecho la institucionalidad, y en el caso de Santa Cruz estaba bastante organizado en cooperativas. Todo eso lo desarmaron", cuenta.
"A este movimiento no lo puedes descabezar, porque no hay cabezas. Es otra dinámica. Detrás de él hay miles de administradoras de Whatsapp, no hay un líder que salga, diga un discurso, y puedan reventarlo al día siguiente"
Carlos Delius
"Pero a este movimiento no lo puedes descabezar, porque no hay cabezas. Es otra dinámica. Para decirlo simple: Detrás de él hay miles de administradoras de Whatsapp, no hay un líder que salga, diga un discurso, y puedan reventarlo al día siguiente", considera.
Dice, además, que considera que son "chicas muy inteligentes". "Hicieron una convocatoria en menos de una semana y juntaron a casi 200 mil personas. ¿Cómo lograron ese efecto sin que nadie esté acarreando gente o dándoles un ticket para que les paguen el sueldo a fin de mes, como son las tradicionales protestas estatales? A través de redes sociales", cuenta.
"Yo creo que si hay esperanza es en los jóvenes, y acá tenemos muchos. Yo veo que hay una genuina preocupación por el país en el que van a vivir las generaciones que vendrán después de ellos", dice."Es otro chip el que tienen, ellas funcionan de otra manera".