BEIJING.- El Presidente de China, Xi Jinping, dedicó hoy su primer discurso tras ser elegido jefe de Estado para un segundo mandato a elogiar las grandezas de la nación china y subrayar que "con su espíritu de invención y creatividad creará con toda seguridad nuevos milagros".
En un discurso de marcado carácter nacionalista ante los cerca de 3.000 asistentes a la clausura del plenario anual de la Asamblea Nacional Popular, la reunión política más importante del año, Xi, de 64 años, afirmó que "hoy, más que nunca, el pueblo chino está cerca de cumplir su sueño".
"Estoy convencido de que si los 1.400 millones de chinos mantienen su espíritu de trabajar duro lograremos nuestra ambiciosa meta de mejorar la vida de nuestra gente", señaló Xi.
El Presidente aseguró que China ha luchado "sangrientas batallas" contra invasores, en alusión a los ataques occidentales del siglo XIX o la ocupación japonesa de la primera mitad del siglo XX, pero es hoy "una gran nación cuyo orgullo es justificado" y que "avanza pese a las dificultades".
Xi afirmó que sólo manteniendo el socialismo con características chinas podrá la nación cumplir sus sueños, y afirmó que el país disfruta de "un ambiente favorable que antes era inimaginable, pero también afronta dificultades y retos sin precedentes".
Pese al tono nacionalista de su alocución, Xi subrayó que China "nunca buscará la hegemonía o se enzarzará en expansionismo", y declaró que "sólo aquellos que están acostumbrados a amenazar pueden ver a cualquiera como una amenaza", en alusión a las voces en Occidente que temen el ascenso económico del gigante asiático.
"La magnífica historia de la nación china está escrita por su pueblo", insistió Xi, quien no olvidó citar a los grandes filósofos del país (Confucio, Lao Tse o Mencio) o los inventos de este pueblo, con el papel, la brújula, la pólvora y la imprenta como grandes símbolos de la innovación patria.
Apelando a otras etnias de China, Xi aseguró que las 56 nacionalidades del país se han unido para crear "una gran familia", y citó el palacio Potala de Lhasa (residencia tradicional del dalai lama en el Tíbet) en una lista de grandes proyectos de esta civilización, junto a la Gran Muralla o la Ciudad Prohibida.
"Somos parte de una nueva era, y para construirla, si nos mantenemos unidos, nada puede pararnos", concluyó Xi.
En los 15 días de duración del plenario, Xi ha logrado aumentar aún más su poder -mucho mayor que el de sus antecesores en la presidencia de China- modificando la Constitución nacional para abolir el límite de dos mandatos del jefe de Estado, por lo que podrá continuar al frente del país tras 2023.
Además, ha colocado algunos de sus principales aliados en puestos de máxima responsabilidad, como Wang Qishan, desde el pasado fin de semana nuevo vicepresidente del país, o Liu He, su asesor económico, que desde ayer es el viceprimer ministro para asuntos financieros, desarrollo y reforma.