SANTIAGO.- Es iluso creer que el deporte y la política no tienen relación alguna. Hablamos de una industria gigantesca a la cual muchos gobernantes y/o dirigentes han recurrido para diferentes fines. No son aislados aquellos casos en que ambas disciplinas se han cruzado, con diversos resultados.
La diplomacia es un ejemplo claro de ello. En muchos casos, el deporte ha servido de puerta de entrada para restablecer relaciones entre países o generar acercamientos. Casos hay varios, como lo ocurrido recientemente con las dos Coreas, que se sentaron nuevamente a dialogar usando como pretexto la celebración de los recién pasados Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang, en Corea del Sur.
No obstante, e
l deporte también ha generado polémicas y ha servido para marcar diferencias entre un país y otro, donde los actos de repudio son variados. Es lo que se puede apreciar ahora con la decisión de
Reino Unido de no enviar a miembros de la familia real ni del Gobierno a presenciar los partidos del Mundial de Fútbol de Rusia 2018. Hablamos de
una decisión que no deja de ser controversial, dado que es común ver a jefes de Estado y de Gobierno en este tipo de citas, que al final de cuentas se convierten en instancias diplomáticas.
La razón de esta decisión tiene que ver con el ataque químico sufrido por el ex espía ruso Sergei Skripal, refugiado en territorio británico. Las autoridades locales culpan de este envenenamiento al Gobierno de Vladimir Putin, que ha negado las acusaciones. Así, esta medida tiene un mensaje claro de repudio contra el país organizador del torneo. Por esta misma razón, el Gobierno de Islandia -país que debuta en un mundial de fútbol- tampoco enviará representantes diplomáticos a la cita, como apoyo a los británicos.
"Islandia se solidariza con Reino Unido por el ataque de Salisbury tomando medidas diplomáticas contra Rusia. Se pospuso el diálogo bilateral de alto nivel con Rusia, por lo que líderes islandeses no asistirán a la Copa del Mundo de la FIFA. Instamos a Rusia a cooperar con la investigación"
Gudlaugur Thor, canciller islandés
Estas acciones se enmarcan en la ofensiva internacional en contra del Kremlin por el caso Skripal, que ha llevado a más de 20 países (liderados por Estados Unidos) y a la OTAN a expulsar de su territorio a diplomáticos rusos, por lo que no es de extrañar que algunas de estas naciones que estén clasificadas al Mundial hagan lo mismo que Reino Unido e Islandia.
Dadas las cosas, este hecho recuerda, guardando las proporciones, el boicot diplomático y deportivo ocurrido en los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980, liderado por Estados Unidos y que es uno de los hitos históricos de la Guerra Fría. El escenario físico es el mismo que el del conflicto de 2018 y hay algunas similitudes con lo que ocurre ahora.
Los hechos
En diciembre de 1979, en plena Guerra Fría, el Ejército soviético invadió Afganistán, generando un fuerte rechazo en el mundo occidental. Estados Unidos en ese momento era liderado por el Presidente Jimmy Carter, quien aprovechó la realización de los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980 para hacer una amenaza: si la URSS no retiraba sus tropas en febrero de ese año, EE.UU. no asistiría a la cita deportiva.
Se trataba de una ausencia importante (todas sus figuras quedaron afuera) y una señal clara de que la política se tomaba el deporte. Así, una vez que se materializó la amenaza, otros 55 países se sumaron al boicot, entre ellos Chile. Varios de los deportistas debieron competir bajo la bandera olímpica, no así los estadounidenses a quienes Carter advirtió con quitarles la nacionalidad si lo hacían.
De este modo, en la competencia sólo participaron 80 delegaciones, la cifra más baja en la historia de los Juegos Olímpicos.
Diferencias y similitudes
Al comparar ambos acontecimientos, queda clara una diferencia: en Rusia 2018 no habría ausencias deportivas, como sí ocurrió hace 38 años atrás. Para el torneo de fútbol, además, Estados Unidos no está clasificado, por lo que no sabremos si, en caso de haberlo hecho, se habría presentado o no.
Asimismo, esta vez tampoco está en la discusión una intervención armada. Hablamos de una época donde la tensión y la polarización era mucho mayor que hoy.
No obstante, sí hay un patrón común, que es el de Rusia versus el mundo occidental. Otra vez, guardando las proporciones, en el conflicto actual se puede ver a una serie de países, liderados por Reino Unido y Estados Unidos, realizando diversas maniobras diplomáticas para demostrar su rechazo a Rusia, alineándose con los británicos.
Ahora, quedan unos meses para saber si serán más las delegaciones diplomáticas que no asistirán al Mundial de fútbol o si, incluso, se tomarán medidas más drásticas, mientras Rusia espera ser un buen anfitrión de la cita deportiva más popular del mundo.