WASHINGTON.- Estados Unidos empezó hoy el despliegue militar de la Guardia Nacional en la frontera con México que ordenó esta semana el presidente, Donald Trump, para combatir la inmigración irregular hasta que finalice la construcción del muro.
En un comunicado conjunto, el jefe del Pentágono, James Mattis, y la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, informaron que "tropas de la Guarida Nacional se están desplegando para apoyar las misiones de seguridad fronteriza".
El Pentágono autorizó el uso de 4.000 soldados de la Guardia Nacional, aunque no concretó cuántos se han desplegado hasta el momento ni dónde.
La Guardia Nacional un cuerpo de reserva de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos bajo control de los estados, es por ello que su despliegue depende de los gobernadores.
Antes del comunicado de Mattis y Nielsen,
el estado de Texas ya anunció el "inmediato" despliegue de 250 militares en su tramo de frontera por orden de su gobernador, Greg Abbott.
Se trata de 250 efectivos cuyo despliegue se completará en las próximas 72 horas y que se suman a un centenar de guardias nacionales que Texas ya tenía en la frontera desde una crisis migratoria de 2014.
El gobernador de Arizona, Doug Ducey, también anunció hoy el envío a partir de la próxima semana de 150 soldados de la Guardia Nacional a su zona fronteriza.
Abbott y Ducey son republicanos, igual que la gobernadora de Nuevo México, Susana Martínez, que, sin dar todavía cifras, ha mostrado su apoyo al despliegue.
Falta por saber el nivel de colaboración del cuarto estado que comparte frontera con México: California, cuyos dirigentes demócratas se han opuesto a la mayoría de medidas migratorias de Trump hasta la fecha.
Trump ordenó este miércoles la militarización de la frontera en un intento de marcar músculo ante lo que considera un aumento intolerable de la inmigración ilegal.
El interés de Trump por la militarización de la frontera se desató el pasado fin de semana al conocer que una caravana con cientos de inmigrantes centroamericanos recorría México hacia Estados Unidos.
La ley estadounidense prohíbe usar a los militares para tareas de seguridad y orden público a nivel nacional, por lo que la Guardia Nacional tendrá un papel limitado en la frontera y no podrá dedicarse a detener inmigrantes que lleguen a la zona limítrofe.
Se espera que la Guardia Nacional ayude a los agentes fronterizos en tareas de "detección aérea, transporte, reparación del muro fronterizo y apoyo logístico", indicó a Efe la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
Trump no es el primer presidente estadounidense que envía militares a la frontera con México: en 2006, George W. Bush ordenó desplegar allí a unos 6.000 miembros de la Guardia Nacional, y Barack Obama destinó a 1.200 efectivos de ese mismo cuerpo en 2010.