SANTIAGO. - Arabia Saudita acoge este domingo la cumbre anual de los países de la Liga Árabe, una reunión que se produce 24 horas después de los ataques occidentales a Siria y en la que también se abordará la situación en Irán y Yemen así como el futuro de Jerusalén.
Arabia Saudita, que tomó el relevo de Jordania en la presidencia rotativa de la organización de 22 miembros, buscaría gestar una posición firme y unificada frente a Irán, su gran rival regional en Oriente Medio, estimaron los expertos.
Riad y Teherán llevan años en conflictos indirectos, desde Siria a Yemen pasado por Irak y Líbano.
La cumbre se produce 24 horas después de que Estados Unidos, Reino Unido y Francia lanzaran ataques contra el régimen de Bashar al Asad, un aliado de Irán y de Rusia, en respuesta a un presunto ataque con armas químicas supuestamente lanzado por Damasco contra los rebeldes en Guta Oriental.
Arabia Saudita y Qatar, enfrentados desde hace diez meses por las acusaciones de Riad de que Doha apoya a grupos radicales, expresaron su apoyo a la acción militar occidental.
Este tipo de cumbre no suele terminar con acciones concretas y la última vez que la Liga Árabe, fundada en 1945, terminó con una decisión contundente fue en 2011, cuando suspendió a Siria por el papel de su presidente en la guerra civil.
Por este motivo, Siria estará ausente.
"Respuesta a los crímenes del régimen"
El rey Salmán de Arabia Saudita presidirá la reunión que se celebra en la localidad de Dhahrán, en el este del país, a 200 kilómetros de las costas iraníes.
Entre los dirigentes que ya llegaron a la cumbre figuran Abdel Fattah Al Sisi (Egipto), Fuad Masum (Irak), Abd Rabbo Mansur Hadi (Yemen), Beji Caid Esebsi (Túnez), Michel Aun (Líbano), Omar El Bechir (Suán) y Mahmud Abas (Autoridad Palestina), indicó la agencia oficial saudí SPA.
En el conflicto sirio, que sin duda es el más complejo de la región, Riad y sus aliados concuerdan en su apoyo a los rebeldes, en su mayoría grupos sunitas.
En cambio Irán y el movimiento chiita libanés Hezbolá están de lado del régimen de al Asad.
Arabia Saudita expresó su "pleno apoyo a los bombardeos (...) ya que constituyen una respuesta a los crímenes del régimen" sirio.
Qatar, que confirmó su participación en la cumbre, pese a sus diferencias con Riad, también expresó su "apoyo" a las operaciones de los occidentales. "El uso continuo por el régimen sirio contra civiles de armas químicas (...) requiere un acción inmediata", justificó.
Sobre Yemen, Riad no ha cesado de denunciar la creciente utilización de drones y de misiles "iraníes" lanzados hacia su territorio por los rebeldes hutíes, que dominan la capital yemenita, Saná, y las regiones del norte que limitan con Arabia Saudita.
Riad, que interviene militarmente en Yemen desde 2015 para asistir al gobierno reconocido por la comunidad internacional, buscará movilizar a sus socios contra lo que calificó como una "agresión directa" de Irán, a quien los expertos responsabilizan de entregar equipamiento sofisticado a los hutíes.
Irán ha desmentido que entregue cualquier apoyo militar a los hutíes.
El futuro de Jerusalén también está en la agenda en un momento en el que Estados Unidos se prepara para trasladar la embajada desde Tel Aviv a Jerusalén, después de haber reconocido a esta ciudad como capital de Israel.
A principios de abril, el rey saudita, de 82 años, había "reafirmado la firme posición del reino en el tema palestino y los derechos legítimos del pueblo palestino a un Estado independiente con Jerusalén como capital".
Sin embargo su hijo, el poderoso príncipe heredero Mohamed ben Salman, dijo este mes que los israelíes tienen el "derecho" de tener su propio Estado, enviando una nueva señal de acercamiento con el país, que al igual que Arabia Saudita considerada que Irán es su "bestia negra".