SANTIAGO.- El agente chileno en el caso de la demanda de Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ), Claudio Grossman, contó detalles de los alegatos que se realizaron entre el 19 y 28 de marzo pasado en los Países Bajos.
En el marco de una charla organizada por el Centro de Estudios Internacionales UC, el abogado y experto en derecho internacional relató parte de la experiencia del equipo defensor de la causa chilena en el proceso cuyo
dictamen aún no tiene fecha de publicación.
Sorpresas
Según contó, una de los primeros obstáculos con los que se encontraron fue precisamente la fecha determinada por el Tribunal para la fase oral. "La Corte nos sorprendió cuando dijo que en marzo iban a ser los alegatos", afirmó Grossman, asegurando que esperaban que éstos se realizaran en septiembre.
"Era muy importante no pedir postergación", enfatizó, admitiendo que dicha posibilidad sí fue planteada dentro del equipo, aunque finalmente no ocurrió. "Estamos preparados, estamos listos, no vamos a pedir aquí favores a nadie", pensaron, según describió el experto.
"No pensamos que ellos le iban a dar tanta importancia a la OEA (...) tuvimos que adaptarnos a eso"
Claudio Grossman, agente chileno ante La Haya
Grossman contó además que otra de las sorpresas que se llevaron, ya durante los alegatos, tuvo que ver con la presentación de los argumentos bolivianos. "Habíamos preparado los alegatos sin saber lo que iban a decir los bolivianos (...)
no pensamos que ellos le iban a dar tanta importancia a la Organización de Estados Americanos (...) tuvimos que adaptarnos a eso", afirmó, recordando que uno de los ejes de la presentación boliviana se basó en una resolución del organismo que establecería la obligación a negociar.
Decisiones estratégicas
En su charla, el agente chileno también reveló algunas de las estrategias que evaluó el equipo jurídico nacional antes de presentarse en La Haya. "Una decisión estratégica era quién hablaba y qué hablaba ante la Corte. La Corte tiene una composición con juristas de distintas tradiciones y eso implicaba distintos lenguajes, distintos países", sostuvo.
"Hay tres miembros mujeres en la CIJ. Vivimos en un mundo en que la presencia de hablarles a todos y de tener una representación de género es esencial"
Claudio Grossman, agente chileno ante La Haya
Así, Grossman enfatizó en que lo más importante era que la posición chilena lograra llegar a todos los flancos, por lo que la jurista argentina
Mónica Pinto fue clave en esta instancia. Según detalló, además de hablar francés, la destacada profesional permitió dar diversidad de género al grupo de abogados que se presentaron oralmente ante la Corte.
"Hay tres miembros mujeres en la CIJ. Vivimos en un mundo en que la presencia de hablarles a todos y de tener una representación de género es esencial", dijo. "Antes de nuestro caso, hubo una reunión en la academia de la CIJ sobre el rol de la mujer en tribunales internacionales y participó la jueza china y la jueza norteamericana", añadió refiriéndose a las magistradas Xue Hanqin y Joan E. Donoghue, que participan del caso.
El agente señaló además que una de las partes centrales de los alegatos chilenos tuvo que ver con dar una respuesta firme a los argumentos bolivianos. "Uno no puede estar sentado en un tribunal internacional y escuchar descripciones de nuestro país como carceleros y quedarse con cara de jugador de póker (...) era esencial responder con fuerza a las tergiversaciones de Bolivia", aseveró.
Comunicaciones y difusión
Por último, Grossman abordó la estrategia comunicacional realizada por el Gobierno de Evo Morales durante el proceso. Aseguró que su campaña "no ha tenido ningún éxito a nivel internacional de relevancia y permanencia" y que "el país donde más impacto tiene la narrativa boliviana es Chile".
Ante la consulta sobre su evaluación del despliegue comunicacional chileno, Grossman se limitó a afirmar que el rol de la agencia es presentar al ministro de Relaciones Exteriores "la toma de decisión que se hace de la estrategia comunicacional, la visión del caso". Sin embargo, admitió al respecto que
"algunas veces las cosas se pueden hacer mejor".
De todas formas, afirmó que existe una gran adhesión de los ciudadanos nacionales a la posición chilena y que muestra de ello es que "la gente se siente ofendida por la narrativa boliviana".