WASHINGTON.- El secretario de Defensa de Estados Unidos, Jim Mattis, envió a la Casa Blanca una nueva guía sobre cómo los militares estadounidenses pueden considerar a los detenidos para una posible transferencia a la prisión castrense de la Bahía de Guantánamo.
La medida se produce después de que el Presidente Donald Trump firmara en enero una orden ejecutiva para revertir la inaplicada directiva de 2009 de su predecesor, Barack Obama, para cerrar una cárcel cuya existencia y permanencia ha provocado fuertes críticas a nivel internacional, incluyendo de las Naciones Unidas.
Las recomendaciones de Mattis brindan "orientación a nuestros combatientes sobre la nominación de detenidos para su traslado a Guantánamo en caso de que esa persona presente una amenaza continua y significativa a la seguridad de Estados Unidos", dijo la vocera del Pentágono, la comandante Sarah Higgins.
El departamento no brindó otros detalles sobre las recomendaciones.
El presidente del Consejo de Seguridad Nacional declinó realizar comentarios al respecto.
La cárcel de Guantánamo no recibe nuevos internos desde 2008, pero en la última campaña presidencial Donald Trump dijo que estaría "bien" si los sospechosos estadounidenses de terrorismo fueran enviados a esa cárcel instalada en territorio cubano para ser enjuiciados.
Sin embargo, cualquier intento de enviar nuevos presos a Guantánamo debería probablemente enfrentar numerosos desafíos legales.
"Dada la historia de tortura, detención ilegal y total falta de justicia que se brinda allí, ningún nuevo detenido debería ser trasladado a Guantánamo", dijo Daphne Eviatar, directora de Amnistía Internacional para Estados Unidos en un comunicado.
La orden ejecutiva que Trump dio en enero a Mattis y a los jefes de otras agencias fijó un plazo de 90 días para recomendar políticas sobre los detenidos en tiempos de guerra y si deberían ser o no enviados a Guantánamo.
Funcionarios militares estadounidenses han discutido abiertamente sobre el destino de los detenidos del grupo Estado Islámico (EI), principalmente combatientes extranjeros, en manos de milicias respaldadas por Estados Unidos en el norte de Siria.
Mattis dijo el lunes que las Fuerzas Democráticas Sirias, que luchan contra el EI con apoyo de Washington, tenían
más de 400 prisioneros.
El jefe del Pentágono agregó que estaba "absolutamente seguro de que no hay nada que esté pasando allá abajo (en Guantánamo) que no esté de acuerdo" con las convenciones de Ginebra sobre el trato a los prisioneros de guerra.