PEKÍN.- El ministro de Exteriores iraní, Mohamad Javad Zarif, inició este domingo en Pekín
una gira que le conducirá a Moscú y Bruselas,
con el objetivo de salvar el acuerdo nuclear abandonado por Estados Unidos y de proteger los intereses económicos de su país.
La gira de Zarif empieza
dos días después de unos bombardeos israelíes sin precedentes en Siria que mataron al menos a 11 soldados iraníes, de acuerdo con el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), causando el temor de un conflicto más amplio entre estos dos enemigos jurados.
Irán parece determinado, no obstante, a
no dejarse arrastrar a un conflicto abierto con Israel que pueda alejar a sus socios europeos.
Zarif llegó este domingo a mediodía a Pekín, donde se entrevistará con su homólogo chino, Wang Yi.
China es una de las seis potencias -junto a Estados Unidos, Rusia, Francia, Gran Bretaña y Alemania-
que firmaron en 2015 un acuerdo histórico con Irán, en el que se levantaban las sanciones contra el país a cambio del compromiso de Teherán de no dotarse de armas nucleares.
Después de la decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de sacar a Estados Unidos y de restablecer las sanciones, "debemos discutir la decisión que debe tomar Irán, en relación con las garantías que otros miembros del grupo 5+1 deben aportar", explicó Zarif a su llegada a Pekín, de acuerdo con la agencia iraní Isna.
"Hemos empezado esta gira en China y Rusia, que siempre han estado al lado del pueblo iraní, antes y después de las sanciones", añadió. Como primer socio económico de la República Islámica, Pekín le otorgó líneas de crédito y financiamiento masivo para infraestructuras.
"Todas las opciones"
Después de Pekín, el ministro iraní irá a Moscú y a Bruselas, donde se encontrará con sus homólogos francés, alemán y británico, así como con la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini.
"Contemplamos todas las opciones. Si el acuerdo continúa, nuestros intereses deben estar asegurados", dijo Zarif en declaraciones recogidas por Isna.
El viernes, Zarif tuiteó un comunicado del gobierno iraní condenando "la administración extremista" de Trump y reafirmó que Teherán se preparaba para retomar "el enriquecimiento industrial" de uranio "sin ninguna restricción", a menos que Europa ofrezca garantías sólidas de mantener relaciones comerciales con Irán.
Para los analistas, Irán está decidido a no perder la cara en las próximas semanas. "Irán tiene la oportunidad de mostrar al mundo por primera vez que no es una nación villana, que ha negociado de buena fe y respetado sus compromisos", opina Karim Emile Bitar, del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas.
Diplomáticos furiosos
En Teherán,
los diplomáticos europeos critican la retirada estadounidense, apuntando que podría socavar años de meticuloso trabajo para recomponer los vínculos comerciales y diplomáticos con la República Islámica.
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Si la UE se muestra complaciente con Estados Unidos, se perderán todos los progresos hechos desde 2015", asegura un diplomático occidental bajo anonimato.
Por su parte,
los ultraconservadores iraníes se movilizan contra las esfuerzos del gobierno para salvar el acuerdo. El sábado se publicó una foto en el perfil de Instagram del guía supremo, el ayatolá Ali Jamenei, que le mostraba hojeando la traducción en persa de "Fuego y Furia", un libro de Michael Wolff criticando a Trump.
Mientras en el frente interno el gobierno iraní se enfrenta a un alto desempleo e inflación, muchos observadores creen que las sanciones internacionales solo le permitirían culpar al extranjero por sus propios reveses.
La gira de Zarif se complica aún más por la reciente escalada militar entre su país e Israel, en el marco de la guerra siria.
Veintisiete soldados prorrégimen, 11 de ellos iraníes, murieron por los múltiples bombardeos israelíes contra objetivos presentados como iraníes en Siria, de acuerdo con el OSDH.