SANTIAGO.- Quedan sólo dos días y la expectación en Reino Unido y el resto del mundo sobre
la boda entre el príncipe Harry y la actriz Meghan Markle crece cada minuto. Ya son muchos los que esperan la ceremonia que se llevará a cabo en el
castillo de Windsor, a unos 33 kilómetros de Londres, por lo que las autoridades ya están alertas.
Tanto así que ya se está llevando a cabo un intenso operativo de seguridad para resguardar la tranquilidad en la zona y evitar cualquier hecho que peligre el esperado evento que contará con más de 2.000 invitados, entre miembros de la realeza y figuras del mundo del espectáculo.
Según reporta la prensa británica, la Policía de Thames Valley, a cargo de la seguridad, ya lleva varios días aplicando algunas de las medidas junto a otras instituciones como la Policía Metropolitana de Londres y la Policía Británica del Tránsito, en uno de los operativos más grandes de los últimos años en Reino Unido.
De este modo,
ya hay oficiales armados y desarmados, así como perros rastreadores de bombas y policía montada, resguardando la localidad de Berkshire -donde se encuentra Windsor-, la cual tiene una población de 35 mil habitantes y se espera que reciba unas 100 mil personas el día de la boda.
Todo esto puede verse este jueves, durante el ensayo general que comenzó a las 09:00 horas (04:00 en Chile) y que se extenderá hasta las 14:00 (10:00 en Chile). Durante este operativo se cerraron las calles cercanas a Windsor, mientras se realiza una intensa inspección en las zonas aledañas al castillo, como locales comerciales y edificios del centro de la ciudad.
Asimismo, los estacionamientos al interior del recinto y en los alrededores se encuentran cerrados hasta después de la boda del sábado. La idea, según el Daily Mail, es analizar las posibles amenazas de seguridad, ver los lugares donde podría registrarse una congestión vehicular y también identificar las zonas con más aglomeración de personas.
Francotiradores y detectores de armas
Una vez terminado el ensayo de este jueves, las cosas volverán a la "normalidad" hasta el viernes en la noche, momento en que los automóviles ya no podrán circular en las cercanías de la sede de la boda.
Del mismo modo, se dispondrá de cámaras de seguridad que registrarán las patentes de los vehículos, así como barreras que impidan algún atropello masivo protagonizado por un automovilista, como el ataque ocurrido en el Puente de Westminster en Londres el año pasado.
Ya el día del evento, los aviones no podrán volar más abajo de los 750 metros sobre Windsor, pero el tráfico aéreo en el cercano aeropuerto internacional de Heathrow no se verá afectado, según informaron las autoridades. Además, está prohibido el vuelo de drones.
Asimismo, e
l acceso a la ciudad estará fuertemente custodiado, con controles tanto a vehículos particulares como en los terminales de buses y estaciones de trenes. Las personas que deseen acercarse al lugar de la boda, en tanto, deberán pasar por
arcos detectores de armas similares a los de los aeropuertos.
Por otro lado, en medio de la multitud habrá un grupo de soldados encubiertos que estarán atentos a cualquier persona que actúe sospechosamente, lo que se sumará a la presencia de francotiradores en lugares estratégicos, preparados ante cualquier emergencia.
El objetivo principal, enfatizaron las autoridades, es resguardar la seguridad de los presentes y evitar un atentado en una ciudad que tendrá a todos los ojos del mundo puestos sobre ella.