Diversas personas se han congregado en las afueras del Congreso portugués en Lisboa para protestar en contra de la eutanasia.
EFE
LISBOA.- Los diputados portugueses comenzaron este martes el debate en el que se decidirá si se abre el camino para despenalizar la eutanasia en Portugal, un controvertido asunto en un país donde el 81% de la población se declara católica.
La cuestión se dirimirá previsiblemente a última hora de la tarde, después de que se hayan debatido los cuatro proyectos de ley que proponen regularizar la muerte asistida y se proceda a su votación en el hemiciclo.
Las iniciativas corresponden a
cuatro partidos de izquierda: el gobernante Partido Socialista (PS), el marxista Bloque de Izquierda (BE), el Partido de las Personas, los Animales y la Naturaleza (PAN) y el ecologista Los Verdes (PEV).
Todos los textos recogen, como requisitos indispensables, que el solicitante sea mayor de edad, carezca de problemas mentales que le puedan influir a la hora de tomar la decisión y padezca una enfermedad incurable.
Además, deberá confirmar varias veces su voluntad y los médicos tendrán garantizado su derecho a la objeción de conciencia.
Lo delicado del debate ha llevado a los partidos con representación parlamentaria a tomar decisiones que han unido a formaciones completamente opuestas ideológicamente y que, en general, dejan muy abierto el resultado.
Las únicas certezas han sido emitidas por el demócratacristiano CDS-PP, el partido más a la derecha de la cámara, que ya ha anunciado su voto en contra, al igual que el Partido Comunista Portugués (PCP), que ha llegado a ser elogiado por el obispo de Oporto, Manuel Linda.
"Son la reserva del sentido común en el Parlamento", ha dicho el religioso sobre los comunistas horas antes de la votación, en la que se desconoce qué harán los dos grupos mayoritarios, el gobernante Partido Socialista (PS) y el líder de la oposición, el socialdemócrata PSD, de centroderecha.
Ambos partidos han dado libertad de voto a sus diputados, que suman 175 miembros del total de 230 de los que consta el hemiciclo, y se prevé que al menos en el caso de los socialdemócratas haya una fuerte división, teniendo en cuenta que el líder de los conservadores, Rui Rio, se ha posicionado a favor.
En caso de que alguno de los proyectos resulte aprobado, comenzará
una tramitación parlamentaria que permitirá incluir algunas modificaciones en el texto de los mismos y que necesitará de una votación definitiva para resultar aprobada.
Deberá entonces pasar a manos del Presidente de Portugal, el conservador y católico Marcelo Rebelo de Sousa, para su promulgación o veto, un poder que el jefe de Estado ha utilizado en nueve ocasiones desde que asumió el cargo hace poco más de dos años.