SANTIAGO.- Soledad Gallego-Díaz se convirtió este jueves en la nueva directora del diario español El País, uno de los medios de comunicación emblema de la nación europea y que en sus 42 años de existencia nunca había tenido en su liderazgo a una mujer.
La noticia de su nombramiento no llega sola. Paralelamente, se dieron a conocer los nombres de quienes integrarán el nuevo gobierno del dirigente del Partido Socialista Obrero Español (PSOE),
Pedro Sánchez:
por primera vez en la historia democrática de España, el Ejecutivo estará conformado por más mujeres que hombres. Serán 11 y seis respectivamente, lo que le ha valido convertirse en el Gobierno más femenino, incluso, de la Unión Europea.
Ambos anuncios realizados en la última semana se enmarcan en un nuevo escenario social y político, que ha sido tomado por las consignas de un movimiento feminista cada vez más masivo.
Un 8-M sin precedentes
La "revolución feminista" como se le ha llamado, aunque comenzó hace algunos años en España, se consolidó y logró su mayor visibilidad el 8 de marzo pasado en la celebración del Día Internacional de la Mujer, denominado 8-M. Aquella jornada miles de personas en todo el país salieron a las calles; se ausentaron en sus trabajos; interrumpieron avenidas, y obligaron a detener medios de transporte en forma para protestar contra la discriminación de género en el trabajo, la desigualdad salarial y la violencia contra la mujer.
La manifestación, considerada una de las más masivas del último tiempo, colapsó el centro de Madrid por diversas horas, congregando a cerca de 170 mil personas, según la Delegación del Gobierno, y a 600 mil según los organizadores. En Barcelona las autoridades cifraron en 200 mil los asistentes, mientras que el movimiento registró cerca de 600 mil. En Sevilla, Bilbao y Zaragoza, también registraron sus más multitudinarias manifestaciones en años.
Pero además, por primera vez en la conmemoración del Día de la Mujer, se convocó a una
huelga general. Un llamado al que respondieron alrededor de
seis millones de trabajadoras en toda España, quienes participaron de paros totales y parciales de sus actividades. Fue precisamente el caso de las funcionarias de las redacciones del diario El País, quienes dejaron de trabajar por 24 horas.
A esta movilización "sin precedentes" también se sumaron políticos de distintos sectores. Miembros del partido de izquierda Podemos, el PSOE – incluyendo a Sánchez – y algunos miembros del liberal Ciudadanos, fueron parte de las protestas callejeras. Mientras, en el Congreso, los asientos de diputadas socialistas y de Podemos se encontraban vacíos con carteles en los que se leía "diputada en huelga" o "en paro". Dicha jornada España se convirtió en el país ícono del feminismo mundial.
La Manada
Sin embargo, el movimiento y la lucha por los derechos de igualdad y en contra de la violencia de género en el país recibirían un duro golpe solo dos meses después. El 26 de abril se dio a conocer la sentencia del denominado caso "La Manada", en el que cinco sujetos fueron acusados de violar en grupo a una joven de 18 años durante las celebraciones de San Fermín en 2016.
El juicio había provocado la i
ndignación generalizada de las organizaciones feministas no solo por la gravedad de los hechos, sino que también por el debate que se había generado en torno a él, luego de que se supiera que la joven no gritó durante el ataque, según los peritajes psicológicos, porque se paralizó. Una situación que provocó que surgieran en la opinión pública
quienes cuestionaban la versión de la víctima y consideraban que ella sí consintió el encuentro sexual con los cinco sujetos.
Pero la furia se desató cuando se informó que los jueces del caso habían decidido condenar a los inculpados solo por "abuso sexual" y no por "violación", argumentando que no había "violencia o intimidación" en el ataque. La respuesta fue inmediata y cientos de personas se congregaron en protestas, tanto afuera del tribunal de Pamplona como las zonas céntricas de diversas ciudades del país, bajo la consignas de "Yo te creo", "No es no, el resto es violación" o "Nosotras somos tu manada".
Las exigencias feministas volvían a estar en el centro del debate e iban aún más allá, solicitando la inhabilitación de los jueces del caso "La Manada" y la modificación del Código Penal español, en el cual se resguarda la decisión judicial que generó penas menos severas para los responsables.
Gobierno feminista
En medio de esta convulsión social, Pedro Sánchez tomó la posta. Tras la destitución de Mariano Rajoy de la presidencia debido a casos de corrupción que afectaron a su colectividad, el Partido Popular, el máximo exponente del PSOE asumió el poder y decidió marcar una diferencia con su antecesor y hacerse parte de la revolución.
Que un gabinete esté compuesto por una mayoría de mujeres es aún un impensable en diversos países del mundo. En la misma España, el único antecedente que se le acerca fue el gobierno del también
socialista José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2011), quien en 2008 equiparó la cantidad de hombres y mujeres en nueve cada uno. Rajoy estaba lejos de esta paridad, con nueve hombres y cinco mujeres (poseía también un menor número de ministros).
Pero además, Sánchez ha dado un paso más adelante al confiar la única vicepresidencia y el retorno del Ministerio de Igualdad a la feminista Carmen Calvo, y al otorgarle el peso de la responsabilidad económica a dos mujeres: Nadia Calviño en Economía y María Jesús Montero en Hacienda.
Para el diario El Español, al entregar importantes cargos a mujeres, el nuevo Gobierno no sería sólo femenino sino también profundamente feminista. Es una señal que ha agradado al conjunto de izquierda que lo respaldó y que entrega un nuevo panorama a un país donde, según cifras oficiales, en 2017 murieron 51 mujeres producto de la violencia de género. Cifra que asciende a 920 en los últimos 15 años.
