BEIJING.-
Kim Jong Un celebró en
Beijing la "unidad" inquebrantable con China, país preocupado por el deseo de acercarse a Estados Unidos tras la histórica cumbre del líder norcoreano con
Donald Trump en Singapur.
Esta visita de dos días, la tercera en tres meses, que termina este miércoles, apunta a dar un mensaje claro: Pyongyang no descuidará los intereses chinos, incluso en caso de que se de una luna de miel diplomática con el Presidente de Estados Unidos.
Se trata de un ejercicio de equilibrio para Kim, que tiene la ambición de desarrollar relaciones tranquilas con Estados Unidos preservando sus lazos históricos con China, que es por lejos su primer socio económico y diplomático.
Al igual que Washington, Beijing espera ver la desnuclearización de la península coreana. Pero China teme que el acercamiento entre Corea del Norte y Estados Unidos sea a costa suya, una posibilidad que amenazaría sus intereses económicos y de seguridad en la región.
Aunque China no estuvo representada en la cumbre entre Kim Jong Un y Donald Trump el 12 de junio en Singapur, le prestó al dirigente norcoreano un avión para viajar a la ciudad Estado. Una señal de que mantiene una influencia determinante.
Chinos y norcoreanos son aliados desde que combatieron juntos en la guerra de Corea. Sin embargo, la aplicación por parte de China de sanciones de la ONU destinadas a convencer a Pyongyang de que abandone su programa nuclear tensaron las relaciones de estos dos países que ahora se esfuerzan por recomponerlas.