MANAGUA.- El nuevo nuncio apostólico en Nicaragua, el obispo polaco Stanislaw Waldemar Sommertag, dijo hoy que "cada fallecido, cada muerto, es una ofensa a Dios", y abogó por mantener la oración para que se supere la crisis sociopolítica que atraviesa este país y que ha segado la vida de 200 personas.
"El Santo Padre (Francisco) está informado de lo que pasa aquí en Nicaragua", afirmó el nuncio apostólico en la ciudad nicaragüense de Masaya, adonde asistió, junto con el cardenal Leopoldo Brenes, a mediar para detener los ataques policiales en ese lugar.
En Masaya, la ciudad que se declaró el pasado día 18 "territorio libre del dictador", en referencia al presidente del país, Daniel Ortega, el nuncio apostólico rezó el Padre Nuestro junto a vecinos de ese municipio.
Explicó que acompañó a la población de Masaya, una de las zonas más castigadas por la violenta crisis política, "porque está consciente del dolor" que están pasando.
"Hay que orar mucho, necesitamos tener certeza y confiar en Dios. Me refiero a esto que sucedió (en Masaya) y que esperamos que no va a pasar más", anotó.
Asimismo, recomendó no responder con violencia a la violencia, y a cada uno a hacerse un examen de conciencia.
La Policía Nacional se comprometió este jueves a detener los ataques en Masaya, tras la mediación del cardenal Leopoldo Brenes y el nuncio apostólico.
Nicaragua lleva más de dos meses sumergida en la crisis sociopolítica que ha cobrado al menos 200 vidas, la más sangrienta desde los años de 1980, con Daniel Ortega también como presidente.
Las protestas contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, comenzaron por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del mandatario, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción en su contra.