SANTIAGO.- En su etapa de futbolista, el mexicano
Cuauhtémoc Blanco siempre se propuso hacer historia, y así fue. Gracias a su olfato goleador y gran juego, se convirtió en ídolo del Club América y la selección de su país, a la que defendió en tres mundiales y donde convirtió 38 goles, siendo el tercer goleador histórico. Ahora, quiere hacer lo mismo en la política y, al parecer, va bien encaminado.
Al menos así quedó claro el domingo, cuando Blanco se impuso cómodamente en las elecciones a gobernador del estado mexicano de Morelos, convirtiéndose así en el primer ex futbolista que llega a este cargo político en toda la historia del país norteamericano.
Las cifras son claras: el retirado delantero (del pacto Juntos Hacemos Historia) se quedó con el 52% de los votos, frente al 13% de Víctor Manuel Caballero (PAN) y el 12% de Rodrigo Gayosso (PRD), hijastro del actual gobernador de Morelos, Graco Ramírez, el principal rival político del ex futbolista.
Las razones de su triunfo son diversas. Primero, contribuyó mucho el pertenecer a la misma coalición de Andrés Manuel López Obrador, el popular dirigente izquierdista que fue elegido Presidente de México el pasado domingo. Pero también fue importante su rol como alcalde de Cuernavaca, que marcó su inicio en la política.
Una vez retirado del fútbol, Cuauhtémoc Blanco, de 45 años, llegó a la alcaldía de Cuernavaca el 1 de enero de 2016 y desde ahí que se caracterizó por su controvertido estilo y filosas declaraciones, recordando su fama de "chico malo" cuando deleitaba a la afición mexicana a punta de goles. De hecho, una vez que se confirmó su triunfo, lo primero que dijo fue "ahora sí me los chingué".
Como alcalde, siempre estuvo en el ojo de la polémica desde el inicio. Así, diez días antes de asumir, le pidió al Presidente de México, Enrique Peña Nieto, que interviniera para frenar el supuesto intento de los concejales en ejercicio para cambiar el reglamento interno y así quitarle facultades como jefe comunal una vez que llegara al cargo, según relata Infobae.
Esto, según Blanco, formaba parte de un plan "gubernamental" para encubrir un supuesto desfalco municipal de 1.200 millones de pesos (cerca de 60 millones de dólares), el cual de todos modos nunca se comprobó.
Incluso, ya en la alcaldía debió enfrentar un intento de destitución de parte del Tribunal Estatal de Conciliación y Arbitraje de Morelos, lo que finalmente fue desestimado por la Corte Suprema.
Asimismo, al mando de Cuernavaca se enfrentó continuamente con el gobernador de Morelos, Graco Ramírez (PRD, izquierda), a quien criticó duramente por la creación de un Mando Único policial, al fusionar las policías municipales con la estatal en el marco del combate a las bandas criminales como Los Rojos y Guerreros Unidos.
El camino para ser gobernador
Fue ese tema uno de los caballos de batalla de Blanco en su lucha por convertirse en gobernador de Morelos, así como también su duro discurso contra la corrupción, uno de los problemas que no sólo afecta a ese estado, sino que a todo México. Tanto así, que durante su campaña juró por su madre que no robará.
Ese mensaje, más el llamado a gobernar junto a la ciudadanía, fueron clave para convertirlo en gobernador. Eso quedó claro en el discurso que dio al inicio de su campaña, el pasado 30 de abril: "Vamos a llegar y acabar con esos rateros, ya tienen mucha lana que se han robado; tenemos hoy la gran oportunidad para hacer un cambio verdadero y honesto, y vamos a trabajar de la mano", sostuvo, según recogió Infobae.
"Mi madre vendía casetes piratas para sacarnos adelante. Somos gente del pueblo. Hay que sacar a esa bola de ratas, y el que la debe la va a pagar, por eso no entro en el plan de estos cabrones rateros", dijo también durante su campaña Blanco, quien si bien reconoció no saber mucho de política, sí afirmó saber "cómo trabajar para ustedes".
Y al parecer, ese mensaje caló hondo en el pueblo de Morelos, que ve cómo quien figura como goleador histórico de la Copa Confederaciones junto a Ronaldinho (con ocho tantos), ahora liderará un estado.
