TOKIO.- El secretario de Estado de Estados Unidos,
Mike Pompeo, ignoró el domingo la acusación de Corea del Norte sobre sus demandas "al estilo de la mafia", y
mantuvo que su tercera visita a la hermética nación estaba arrojando resultados, aunque prometió que las sanciones se mantendrán en vigor hasta que Pyongyang cumpla la promesa de su líder,
Kim Jong Un, de deshacerse de sus armas nucleares.
Pompeo restó importancia al comunicado norcoreano posterior a las conversaciones en el que su ministro de Exteriores enfrió las esperanzas para un acuerdo rápido y acusó a Washington de hacer demandas "al estilo de la mafia" para hacer que abandonen sus armas nucleares.
La declaración del Norte, que se produjo poco después de la visita de Pompeo, seguro
alimentará el creciente escepticismo en Estados Unidos sobre lo serio que fue Kim cuando habló de abandonar su armamento nuclear.
"Si estas peticiones fueron de estilo mafioso, el mundo es una mafia", dijo Pompeo destacando que numerosas resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas han pedido a Corea del Norte que se deshaga de sus armas nucleares y que ponga fin a su programa de misiles balísticos.
"La gente va a hacer comentarios aislados tras las reuniones", añadió Pompeo. "Si prestase atención a la prensa, me volvería loco".
Hablando tras un encuentro con sus homólogos japonés y surcoreano en Tokio, Pompeo dijo que sus dos días de conversaciones en Pyongyang habían sido productivos y que se desarrollaron con buena fe. Pero tras los comentarios norcoreanos, reconoció que el objetivo de la desnuclearización podría ser complicado y que queda mucho trabajo por hacer.
"El camino que tenemos por delante será difícil y lleno de retos y sabemos que los críticos tratarán de minimizar lo que hemos conseguido", declaró. Las dos jornadas de diálogo con altos cargos norcoreanos arrojaron "progresos", añadió, incluyendo una "detallada y sustancial conversación sobre los próximos pasos".
Estos incluyeron la formación de un grupo de trabajo para determinar exactamente cómo se verificará la desnuclearización y una reunión el jueves con funcionarios del Pentágono para discutir el regreso de los restos de soldados estadounidenses muertos en la Guerra de Corea (1950-1953).
Pompeo trató de disipar las sugerencias de que el gobierno de Donald Trump se había retractado de exigir un desmantelamiento completo, verificable e irreversible de las armas nucleares del Norte. Señaló que Pyongyang entendió de la desnuclearización debe ser "completa" y "verificada".
Sin embargo, el funcionario estadounidense apuntó que los progresos realizados hasta el momento no acarrean ninguna concesión. "Pese a que estamos animados por el avance de estas conversaciones, el progreso por sí solo no justifica el alivio del régimen de sanciones", apuntó.
"Las sanciones seguirán vigentes hasta que se acuerde la desnuclearización final totalmente verificada según lo acordado por el presidente Kim Jong", añadió.
Solo horas después de que Pompeo aterrizase en Tokio, el Norte criticó el diálogo diciendo que la visita había sido "lamentable".