Fue durante una rueda de prensa en la que Vladimir Putin, además de referirse a la lucha antiyihadista y a la crisis económica que llevó a su país a la recesión, elogió al entonces precandidato republicano Donald Trump y demostró un ápice de cercanía: “Es un hombre brillante, talentoso, sin duda alguna es el líder absoluto de la campaña presidencial”, estimó el Presidente ruso.
“Rusia, si están escuchando, espero que puedan encontrar los 30 mil correos electrónicos perdidos”, dijo Donald Trump tras la proclamación de Hillary Clinton como candidata demócrata, mientras los servicios secretos rusos eran acusados de entrometerse en la elección presidencial y filtrar información a WikiLeaks.
Barack Obama, quien encabezaba la Casa Blanca, señaló que el magnate había “expresado su admiración por Vladimir Putin en varias ocasiones” y que “se ha beneficiado de una cobertura más bien favorable” en el Kremlin. “No tengo nada que ver con Rusia... (Putin) dijo una cosa agradable de mí, dijo que soy un genio, pero nunca lo conocí”, respondió Trump, retractándose de sus dichos y asegurando que había sido sarcástico.
La campaña de Clinton acusó a Donald Trump de estar detrás del supuesto hackeo ruso a sus correos, y aseguró que cercanos a él conocían las filtraciones de sus mensajes privados. “Es, creo, de máxima preocupación para todos los estadounidenses, ya sean demócratas, independientes o republicanos”, advirtió el asesor de la candidata demócrata. Al otro lado del océano, Putin manifestó que EE.UU. estaba viviendo una histeria “para manipular la opinión pública”.
Inesperadamente y con 304 votos electorales a favor, Donald Trump fue elegido como el nuevo presidente de Estados Unidos. El Mandatario ruso fue uno de los primeros líderes internacionales que felicitó al nuevo gobernante, esperando “un trabajo mutuo para sacar a las relaciones entre Rusia y EE.UU. de su situación crítica”. Y agregó: “No es un camino fácil, pero estamos dispuestos a poner de nuestra parte y hacer lo posible para regresar las relaciones (...) a una senda estable de desarrollo”.
A menos de una semana del triunfo del republicano, sin aún conocerse en persona, ambos líderes conversaron cordialmente por teléfono y coincidieron en que “la situación de las relaciones es insatisfactoria” y “abogaron por trabajar conjuntamente para normalizarlas”. Además, acordaron acabar con el terrorismo internacional y Trump le dijo que esperaba tener una duradera relación con su pueblo.
Cuatro días después Obama se refirió a él en Berlín: “Espero que el Presidente electo tenga la voluntad de hacer frente a Rusia cuando no respete nuestros valores y las normas internacionales”.
Después de meses de tensiones con Occidente, el Presidente Vladimir Putin se mostró dispuesto a volver a la senda de la cooperación. “No queremos ninguna confrontación, no buscamos enemigos”, señaló. Según un sondeo realizado por el Instituto Demoscópico Semiestatal WZIOM, el 46% de los rusos creían que las enturbiadas relaciones entre las naciones mejorarían con la elección de Trump.
Fuentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) revelaron a la prensa que hackers rusos habían ayudado a Trump a ganar las elecciones. Según ellos, los cibercriminales habían atacado al Comité Nacional Demócrata y al Republicano para favorecer a un candidato.
De forma separada, pero el mismo día, Vladimir Putin y Donald Trump anunciaron planes para aumentar la capacidad nuclear de sus países. Sin embargo, el número de cabezas nucleares está regulado por el Tratado de Start y sólo podrían modernizar los arsenales existentes.
“Nadie salvo nosotros, los rusos, creyó que Donald Trump pudiera ser elegido Presidente”, declaró Putin en el balance anual que realizó en Moscú. Y agregó: “El Partido Demócrata no solo perdió las elecciones presidenciales, sino también el Senado, donde los republicanos tienen mayoría, y el Congreso, donde los republicanos tienen la mayoría. ¿Es por culpa de algo que nosotros, que yo, hicimos?”
A una veintena de días del cambio de mando en EE.UU., Putin tomó la decisión de no responder a las sanciones adoptadas contra Moscú por la administración de Obama: la expulsión de 35 diplomáticos rusos por el supuesto hackeo a la campaña presidencial norteamericana. “No nos rebajaremos al nivel de una diplomacia irresponsable”, señaló el Jefe del Kremlin.
Dos días después, los declarados “personas no gratas” abandonaron Estados Unidos.
Tras acusar una “caza de brujas” en su contra, Donald Trump reconoció que Rusia realizó ciberataques contra los partidos Republicano y Demócrata, con el propósito de influir en las elecciones de Estados Unidos. "En lo que respecta al hackeo: Creo que fue Rusia", manifestó el Mandatario en una conferencia de prensa.
Posteriormente, luego de dos días, Trump afirmó que podría levantar las sanciones económicas a Rusia impuestas por Barack Obama, si es que el Kremlin colabora en la lucha contra el terrorismo. "Si te llevas bien con Rusia y si realmente nos están ayudando, ¿por qué mantener las sanciones si están haciendo cosas realmente buenas?".
Llegó el día de la investidura en la Casa Blanca y el republicano se transformó — inmediatamente — en el Presidente de EE.UU. más impopular en cuatro décadas. Un 54% de su nación reprobaba su comportamiento durante la transición. “Todos estábamos cansados de ver lo que estaba pasando y queríamos un cambio. Vamos a ver algo increíble”, dijo el debutante Jefe de Estado en un corto discurso.
Tras declarar como obsoleta a la OTAN, Donald Trump se comprometió con la Primera Ministra británica, Theresa May, a apoyar a la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Un día más tarde, el Presidente de Estados Unidos se comunicó con Putin y acordaron tener una relación "mutuamente ventajosa". De esta manera, ambos mandatarios establecieron una "real coordinación" contra el Estado Islámico en Siria.
En una entrevista con FOX antes del Super Bowl, Trump continuó defendiendo a Putin. "Lo que digo es que es mejor llevarse bien con Rusia que no hacerlo", afirmó resaltando el apoyo ruso contra el terrorismo islámico. El periodista de la cadena televisiva le respondió que el líder del Kremlin era un asesino, a lo que el magnate asintió y dijo: “Hay muchos asesinos. Tenemos muchos asesinos. ¿Qué cree usted? ¿Que nuestro país es tan inocente?”. Esa misma semana, el Mandatario euroasiático ya indicaba un lugar para reunirse por primera vez con su homólogo: Eslovenia, tierra natal de la primera dama estadounidense, Melania Trump.
Luego de dos meses la administración de Trump no avanzaba fácilmente, incluso le había costado la renuncia de su asesor de Seguridad, Michael Flynn. Esto, debido a la filtración de una llamada telefónica con el entonces embajador ruso en Washington, Sergey Kislyak. En aquella conversación se habló de quitarle sanciones impuestas por Obama a Rusia.
Después del primer ataque militar estadounidense contra el régimen de Bashar al-Assad en Siria, el Kremlin -uno de sus principales aliados- calificó la decisión de Trump como una agresión. Si bien fue avisada con 60-90 minutos de anticipación, Putin dijo que la ofensiva era una violación del derecho internacional y que sólo facilitaría el fortalecimiento del extremismo: “Washington causa un importante daño a las relaciones ruso-norteamericanas”, señalaron desde Moscú.
Cuatro días más tarde, el jefe de la diplomacia de EE.UU., Rex Tillerson, llegó a Rusia con un ultimátum sobre Siria: o estaban junto a Estados Unidos y sus aliados o con el régimen de Al-Assad e Irán. La Cancillería rusa dijo que no renunciaría a sus legítimos intereses y que las relaciones de ambos países estaban pasando por el momento más difícil desde la Guerra Fría.
Putin y Trump llevaron a cabo la primera conversación por teléfono después del ataque a Siria, y coincidieron en la necesidad de frenar la violencia para lograr allí una paz duradera. “Todas las partes deben hacer todo lo posible”, indicó un comunicado de la Casa Blanca.
Una semana después, tras el revuelo por la destitución del director del FBI que investigaba supuestos vínculos de asesores de Trump con el Kremlin, el canciller ruso, Serguei Lavrov, visitó la Oficina Oval con Trump y solicitó apoyo para crear zonas de seguridad para la población civil siria. En tanto, el Jefe local solicitó contención para las fuerzas de Al-Assad.
Tras no comprometerse a cumplir el acuerdo de París sobre el cambio climático, el mandato de Trump sumó otra polémica. El ex director del FBI, James Comey, declaró, el 8 de junio, y por más de tres horas, ante el Senado de Estados Unidos. En su testimonio, el otrora agente fue enfático al señalar que el Gobierno estadounidense mintió. "Fui despedido, de cierta forma, para alterar, o tratar de alterar, la forma como se realizaba la investigación de Rusia", relató Comey.
Una semana más tarde, Vladimir Putin bromeó con la situación e indicó que Rusia estaba dispuesta a darle asilo si es que era perseguido por su enfrentamiento con el Mandatario estadounidense.
Ambos Mandatarios se conocieron por primera vez durante la cumbre del G-20 en Hamburgo. “Es un honor estar con usted”, le dijo Trump a Putin, a lo que este contestó: “Estoy encantado de conocerlo personalmente”. En la ocasión, Putin negó cualquier implicación de su país en las elecciones de EE.UU.
El hijo mayor del Presidente estadounidense, Donald Trump JR., divulgó una serie de correos electrónicos en los que se esclareció que buscó personalmente información proveniente del Kremlin que dañara la candidatura de la demócrata Hillary Clinton. Según expertos, pudo constituir el delito de colusión.
El Senado de Estados Unidos aprobó un nuevo paquete de sanciones contra Rusia. En respuesta, Moscú le pidió a la Casa Blanca la expulsión de un gran número de diplomáticos en Rusia.
Desde EE.UU. estudiaron suministrar armas defensivas al ejército ucraniano para enfrentar a los separatistas prorrusos en el este del país.
Ambos líderes se reunieron en la última jornada del APEC en Vietnam, en donde Putin habría desmentido toda injerencia en las elecciones estadounidenses. Pese a que existen pruebas de la incidencia en la campaña de 2016 mediante redes sociales, Trump le creyó a su homólogo.
Vladimir Putin inició una gira relámpago por Egipto y Turquía, con el fin de fortalecer su imagen de cara a las elecciones de 2018, además de reafirmar su influencia en una zona donde EE.UU. se estaba retirando.
“Hoy, EE.UU. conduce hacia un nuevo baño de sangre”, sostuvo el viceministro de RR.EE. ruso tras la decisión norteamericana de proveer armas a Ucrania.
Como respuesta al envenenamiento del ex espía ruso Serguei Skripal en Reino Unido, en el que se acusaba al Kremlin de ser responsable, una veintena de países europeos expulsó a cerca de 150 diplomáticos rusos. Moscú acusó a EE.UU. de haber “chantajeado” a esos gobiernos.
El Departamento del Tesoro norteamericano impuso sanciones a siete oligarcas rusos, a 12 empresas que ellos controlan y a 16 funcionarios de alto rango del Kremlin, congelándoles su patrimonio bajo jurisdicción de Estados Unidos. A esa fecha, sumaban en total 189 individuos y entidades castigadas.
Supuesto ataque químico en Siria agravó las relaciones entre Estados Unidos y Rusia, luego de que Donald Trump llamara animal a Bashar al-Assad y culpara a Vladimir Putin y a Irán por apoyar al Mandatario sirio. Por su parte, Rusia calificó de falaces las declaraciones de Trump y acusó un complot.
Dos días más tarde, el ex magnate amenazó con tomar “decisiones importantes”. Además, tras ser consultado por la opción de una acción militar en territorio sirio, el Mandatario manifestó que "ninguna opción está descartada". Mientras que Rusia advirtió consecuencias graves si Washington bombardea territorio sirio, cómo sucedió un año atrás.
Comité del Senado concluyó que Rusia ayudó a Trump en elecciones presidenciales de 2016. Según la investigación, tenían tres objetivos: socavar la democracia de EE.UU., dañar a Clinton y ayudar al magnate a ganar.
EE.UU. pide incorporar a Rusia al G-7. Donald Trump durante la cumbre desarrollada en mayo, manifestó que "Rusia debería estar en esta reunión", elevando la tensión de la cita internacional. Pese a eso, no hubo gran interés de parte del gobierno ruso. Un día después, Vladimir Putin se manifestó y alabó al presidente estadounidense, comentando el deseo de reunirse con la máxima autoridad con el fin de "desarrollar, profundizar y normalizar las relaciones con Estados Unidos".
Dieron a conocer la ciudad que actuará como puente entre ambos países y donde intentarán acercar posiciones: Helsinki, la capital de Finlandia.
EE.UU. anunció el procesamiento judicial de 12 agentes rusos por su presunta participación en los ciberataques al comando de Hillary Clinton y el Partido Demócrata. Esto ocurre días antes de la esperada reunión entre Donald Trump y Vladimir Putin.
