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Director de la RAE y corrección política en el lenguaje: "Las palabras sirven también para ser un canalla"

Darío Villanueva se refirió a la petición del Gobierno español de revisar la Constitución para adecuarla a un lenguaje inclusivo, lo que ve como "una serpiente de verano". "La doctrina sobre el tema es muy clara y no creo que la academia se vaya a apartar de ella", asegura.

16 de Julio de 2018 | 16:32 | Redactada por Consuelo Ferrer, Emol
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El Mercurio
SANTIAGO.- "El problema está en confundir la gramática con el machismo", asegura el director de la Real Academia Española (RAE), Darío Villanueva. Es a la institución que dirige a quien la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, le ha encomendado una misión que, antes de recibir, ya rehuía: un informe para adaptar el texto de la Constitución española a un lenguaje inclusivo.

"Las falsas soluciones, como las que proponen poner en lugar del 'o' y el 'al', el 'e', me parecen absurdas, ridículas y totalmente inoperativas", añade el director en entrevista con el diario El País. Confirma, además, que han "iniciado el trámite" ante la solicitud, que terminará con un pronunciamiento del pleno en octubre.

"Aunque la doctrina sobre el tema es muy clara y no creo que la academia se vaya a apartar de ella. El cambio de la Constitución es muy difícil; francamente, lo veo como una serpiente de verano", expresa.

"Cosas que no se pueden decir"


Era conocido el rechazo de la RAE al lenguaje inclusivo, sobre lo que la academia ya se había pronunciado profusamente en redes sociales. Por eso, comenzaron a surgir comentarios sobre la supuesta incapacidad de la institución de "responder a los retos de una sociedad que cambia".

Villanueva dice que no están "desfasados", sino que tienen que "ir por detrás de la sociedad". "La academia no inventa, no propone, no impone, no induce el uso de las palabras, sino que recoge las que la sociedad genera. Es un problema sin solución", asegura.

Pero la oposición al lenguaje inclusivo no es una crítica directa al feminismo, sino a la "corrección política", la que el académico considera "una forma de censura perversa". "Es una censura difusa, que no sabemos muy bien de dónde viene, y según la cual hay cosas que no se pueden decir", comenta.

"Exigen que se retire del diccionario una determinada palabra y cada grupo dice cuál es la palabra que no quiere que esté en el diccionario, cuando si están ahí es porque la gente las usa", asegura.

Para ilustrarlo pone ejemplos: "La Embajada de Japón protesta porque en el diccionario está kamikaze. Incomoda judiada. Y a los jesuitas, jesuítico, en su acepción de hipócrita. Esto no tiene fin. Llegan todos los días peticiones", relata.

A algunas peticiones, dice, les encuentran sentido y las atienden. Hace poco fue noticia el cambio que se hizo en la quinta acepción de la palabra "fácil", que era "Dicho de una mujer que se presta sin dificultades a mantener relaciones sexuales". Ahora, en vez de mujer, dice persona.

El académico especifica, además, el límite del criterio que usan: "Lo que no haremos será retirar una acepción porque a alguien le moleste. El problema es hacer un diccionario sólo de palabras bonitas. Las palabras sirven también para ser un canalla".
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