Los tres periodistas asesinados.
Reuters
MOSCÚ/BANGUI.- Tres periodistas rusos fueron
asesinados en la República Centroafricana cuando estaban haciendo un documental sobre un grupo de mercenarios rusos en este país, informó este miércoles el Ministerio de Relaciones Exteriores en Moscú.
Los tres periodistas trabajaban para un proyecto del oligarca exiliado Mijail Jodorkovski, un conocido crítico del Kremlin, quien dijo estar horrorizado por la muerte de los periodistas y prometió hacer "todo lo posible para encontrar a los culpables".
El vocero del Gobierno de la República Centroafricana, Ange Maxime Kazagui, dijo a dpa que los tres periodistas fueron asesinados por un grupo de hombres armados. Los cadáveres fueron hallados en una carretera entre las ciudades de Sibut y Dékoa, unos 200 kilómetros al norte de la capital, Bangui.
Kazagui explicó que los tres rusos habían recibido la visa respectiva para entrar en el país pero no habían solicitado acreditaciones de prensa ni informado de su visita a la embajada rusa en Bangui. "En contra de la recomendación de las fuerzas de seguridad en un puesto de control en Sibut, los tres desafortunados hombres continuaron su viaje, hasta que se encontraron con una decena de hombres armados con turbantes", señaló.
"Cuando se opusieron al robo de su vehículo, los mataron a tiros. Su conductor (local) fue herido pero pudo huir", agregó el portavoz.
La misión de paz de las Naciones Unidas en la República Centroafricana (Minusca) confirmó los asesinatos. Su vocero, Dladimir Monteiro, dijo a dpa que una patrulla de la misión se trasladó al lugar de los hechos, donde encontró los cadáveres, así como numerosos impactos de bala en el vehículo.
Hay muchas pruebas que confirman que Rusia también envía a zonas de conflicto, sobre todo en Siria, a mercenarios, además de soldados regulares. Los mercenarios son una fuerza privada que opera con el nombre de Wagner, el seudónimo del ex agente secreto Dmitri Utkin, quien creó esta unidad.
En la República Centroafricana estalló en 2013 una guerra entre milicias de la mayoría cristiana y la minoría musulmana. La situación solo se estabilizó tras una intervención militar francesa y el posterior despliegue de una misión de paz de las Naciones Unidas. Sin embargo, tras un período de relativa calma estallaron a principios de 2017 nuevos enfrentamientos en varias ciudades del país.
