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A un año del caso: Los hitos que han marcado la historia de los chilenos detenidos en Malasia

Esta semana partió el juicio por la muerte de un prostituto travesti: la fiscalía asiática afirma que se trata de un asesinato, mientras que los jóvenes sostienen que el deceso ocurrió tras una legítima defensa.

04 de Agosto de 2018 | 08:31 | Por Tamara Cerna, Emol
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Fernando Candia y Felipe Osiadacz.

SANTIAGO.- Se concieron por una casualidad en Nueva Zelanda. Allí llegaron luego de terminar sus estudios superiores y trabajaron en el mismo lugar por cerca de un año. Felipe Osiadacz (27) y Fernando Candia (30) llevaban solo un día en Malasia cuando un episodio cambió y unió sus vidas para siempre.

En la cárcel de Sungai Buloh, ubicada en Kuala Lumpur, capital de aquel país asiático, llevan detenidos un año por un homicidio que podría terminar condenándolos a la horca. Esta semana se inició el juicio que por fin empezó a entregar más detalles del caso que recién se hizo conocido en Chile en mayo de este año.

Todo partió a eso de las cinco de la mañana del 4 de agosto del año pasado, cuando un ciudadano malasio entró al hostal Star Town Inn, que era en el que se quedaban los chilenos. La escena la vio el recepcionista, quien dio su relato en audiencia. El hombre, que era un travesti que ejercía la prostitución, increpaba a gritos Candia.

"El malasio insistió en su petición y dado que ambos chilenos se negaron, comenzó a agredirlos. Nuestros hijos no respondieron a estas agresiones y pidieron al recepcionista del lugar, en varias oportunidades, que llamara a la policía", señaló por su parte la familia de los detenidos mediante un comunicado enviado hace unos meses.

Esto último fue confirmado por el testigo, quien declaró haberles dicho que solucionaran sus problemas fuera del establecimiento. La situación, sería clave para la defensa de los chilenos que busca sustentar la tesis de que se trataría de un "homicidio negligente", lo cual los liberaría de la pena de muerte.

Por su parte, el abogado de las familias, Jorge Bofill, afirmó que "el hostal está a menos de diez minutos del centro de la ciudad, en un barrio donde hay bastante prostitución y en el cual, según testimonios locales, no es raro que los pasajeros de hostales cercanos sean acosados por prostitutas que le piden dinero".

365días llevan recluidos los chilenos en un penal de alta seguridad en Malasia.
La discusión pasó a la violencia, cuando el malasio los arañó y pateó. En la pelea se quebró un espejo y, para evitar que este usara un trozo de vidrio como arma, Candia y Osiadacz lo inmovilizaron. De acuerdo a Lin, llamó a la policía cuando los golpes empezaron. El uniformado, según confirmó él mismo en audiencia, llegó a los 30 minutos y constató los signos vitales del malasio un cuarto de hora después: murió por falta de oxígeno.

De acuerdo a la familia, el examen forense arrojó que este "se encontraba bajo la influencia de diversos estupefacientes", y que los jóvenes no tenían "ninguna intención de causarle daño, pues todo lo sucedido fue en defensa propia".

Así también, Bofill inidcó que "estas declaraciones permiten augurar que la amenaza de la pena de muerte de la que se ha venido hablando se aleja de un probable resultado del juicio".

Los esfuerzos de las familias


Osiadacz y Candia llevaban nueve meses en una de las cárceles más grandes de Malasia cuando el caso se hizo conocido en Chile. Sus padres pedían a Cancillería, por segunda vez, mayor apoyo gubernamental en el proceso. Incluso gestionaron una reunión con el Presidente Sebastián Piñera.

Por su parte, el ex Presidente Eduardo Frei, los recibió en su calidad de embajador en misión especial para el Asia-Pacífico.


La preocupación de sus familiares aumentó cuando el gobierno malasio impulsó una vacunación masiva contra la malaria, fiebre amarilla y hepatitis para los internos del penal, en la cual no se consideró a los chilenos por ser extranjeros. Cancillería envió un oficio al Consulado de Chile en el país para gestionar las inmunizaciones.

Según confirmaron a Emol, todas las vacunas solicitadas fueron suministradas, y desde el Consulado de Chile en Malasia se comenzó a visitar a los jóvenes dos veces por semana.

El juicio, que tuvo sus dos primeras partes esta semana, se ha corrido en múltiples ocasiones. En noviembre de año pasado ya lo habían aplazado una vez, dejándose para el 26 de diciembre. Luego, y sin motivo, la fecha cambió a enero, mayo y agosto. Ahora, fue suspendido hasta el 27 de este mes.

Durante ese periodo, el fiscal podrá decidir si recalifica el caso o no.

Bofill señaló que los testimonios presentados ante el tribunal asiático permiten sostener la idea de una legítima defensa, en cuyo caso se debería decretar la absolución. "En el peor de los eventos uno podría hablar de una muerte accidental", por la cual se condenaría con una multa o baja pena de cárcel.

Previo a todos eventos, los jóvenes tenían un plan armado una vez terminadas su vacaciones por el sudeste asiático. Osiadacz, de profesión ingeniero comercial, iba a estudiar un magíster en Barcelona, y Candia, chef, volvería a Chile para crear una empresa gastronómica.
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