WASHINGTON.- Una manifestación de nacionalistas blancos en el corazón de Washington atrajo el domingo a unos 20 manifestantes y cientos de detractores, en el primer aniversario de la violencia mortal que se registró en las calles de Charlottesville, Virginia.
Una fuerte presencia policial mantuvo a los dos bandos separados en Lafayette Square, frente a la Casa Blanca. Después de aproximadamente dos horas y algunos discursos, la manifestación "Unite the Right 2" finalizó cuando comenzó a llover y dos camionetas de policía escoltaron a los manifestantes de vuelta a Virginia.
Los eventos del domingo, aunque tensos a ratos, estuvieron muy lejos de los choques callejeros que estallaron en el centro de Charlottesville un año atrás, donde una mujer local murió cuando un hombre embistió su automóvil contra una multitud de detractores.
"Unite the Right 2" no recibió un permiso en Charlottesville este año, pero si consiguió uno en la capital de Estados Unidos. Los organizadores esperaban la llegada de hasta 400 manifestantes.
A la cabeza del grupo nacionalista blanco estaba Jason Kessler, el activista de Virginia que ayudó a organizar el evento del año pasado en Charlottesville. Kessler emergió con un puñado de simpatizantes desde una estación de metro sosteniendo una bandera estadounidense y caminó hacia la Casa Blanca rodeado por la policía, mientras los detractores se burlaban y los llamaban nazis.
Dan Haught, un programador de computadoras de 54 años de Washington, asistió a su primera protesta frente a la Casa Blanca con un letrero que decía "Vuelvan debajo de sus rocas, payasos nazis". "Queríamos enviar un mensaje al mundo de que los superamos ampliamente", explicó Haught.
La violencia del año pasado en Charlottesville convulsionó a Estados Unidos y desencadenó condenas en todo el espectro político. También fue uno de los momentos más bajos del primer año en la presidencia de Donald Trump.
En ese momento, el Mandatario republicano dijo que había "gente muy buena" en ambos lados, lo que provocó críticas de que estaba equiparando a los detractores con los asistentes al mitin, entre los que se incluían neonazis y otros supremacistas blancos.
El sábado, en la víspera del aniversario, Trump dijo en su cuenta de Twitter que condenaba "todo tipo de racismo y actos de violencia".