PRAGA - Cuando los primeros tanques soviéticos cruzaron la frontera con
Checoslovaquia, el teléfono hizo despertar sobresaltado a
Richard Seemann. El periodista tenía que trasladarse lo más rápido posible a la emisora de radio en el centro de Praga. "Cuando me subí al taxi, ya estaba oyendo el ruido de los aviones con los paracaidistas", recuerda el reportero, que hoy tiene 84 años.
Es la madrugada del 21 de agosto de 1968. Los países miembros del Pacto de Varsovia invaden la "hermana" socialista Checoslovaquia para aplastar el movimiento democrático conocido como la "Primavera de Praga". En pocos meses, el líder comunista reformista Alexander Dubcek había levantado la censura, puesto en marcha reformas económicas y enterrado el pasado estalinista. Sin embargo, la esperanza de un "socialismo con rostro humano" fue aniquilada de golpe.
137personas murieron durante la invasión
En las primeras horas de la mañana, Seemann y sus colegas difundieron en onda corta en varios idiomas a todo el mundo la noticia de la invasión. Todavía no existía Internet, por supuesto, y las líneas telefónicas fueron cortadas. Poco después, los tanques iban acercándose cada vez más a la emisora.
"Había un caos terrible", dice el ex redactor de noticias. Una muchedumbre de personas se congregó delante del edificio que albergaba la emisora. Se levantaron barricadas. La gente estaba decidida a oponer resistencia con sus propias manos. Un vehículo soviético para el transporte de municiones se incendió y explotó. Los soldados asustados comenzaron a disparar a diestra y siniestra. Tan solo delante de la emisora murieron ese día 17 personas.
Los historiadores cifran en 137 el número de checos y eslovacos abatidos entre agosto y diciembre de 1968. Más de 400 personas perdieron la vida en la represión hasta la retirada de los soviéticos en 1991.
Mucha presencia militar
Doscientos mil soldados, 2.300 tanques y 700 aviones provenientes de la Unión Soviética, Polonia, Hungría y Bulgaria, participaron en la invasión y en un rápido avance en pinza ocuparon los puntos estratégicamente importantes de Checoslavaquia. Poco después, la cifra de militares en el lugar subió a 600 mil.
En aquel momento, casi nadie preveía una intervención militar, pese a que existía como precedente la represión de los levantamientos populares en la República Democrática Alemana (RDA), en 1953, y en Hungría, en 1956.
Muchos creían que el Kremlin no se podía permitir tal acción ante la opinión pública mundial. Sin embargo, al final pudo más el temor en Moscú por el cambio que se había producido en Praga.
200 milsoldados ingresaron a Checoslovaquia
Como pretexto, la Unión Soviética justificó la intervención citando una "carta de invitación" que le habían enviado políticos checoslovacos de línea dura. El líder de la Alemania oriental comunista, Walter Ulbricht, defendió el "golpe a la contrarrevolución".
El Ejército Popular de la RDA estaba listo para entrar en acción, pero al final sus soldados no cruzaron la frontera con Checoslovaquia. Los horrores de la Segunda Guerra Mundial todavía estaban demasiado frescos en la memoria.
El pueblo checoslovaco respaldó a los comunistas reformistas agrupados en torno al secretario general Dubcek. También condenaron la invasión personalidades como el atleta Emil Zatopek, famoso por sus victorias en los Juegos Olímpicos de Londres (1948) y Helsinki (1952). Sin embargo, todo fue en vano.
En abril de 1969, Dubcek fue reemplazado por Gustav Husak, quien puso en marcha lo que se llamaba eufemísticamente la "normalización", es decir, el alineamiento total del Estado con Moscú.
Ignorancia juvenil
Con motivo del 50° aniversario se han montado en Praga numerosas exposiciones fotográficas que recuerdan el desastre de 1968. Sin embargo, muchos jóvenes ignoran lo que pasó en ese verano políticamente caliente.
Un reciente sondeo de la organización Postbellum reveló que para el 46% de los checos de entre 18 y 24 años de edad, la invasión soviética es una gran incógnita: muchos creen que el término "Primavera de Praga" hace referencia a un festival de música clásica.
46%de los checos entre 18 y 24 años desconocen lo que ocurrió en 1968
Al periodista Richard Seemann esto no le sorprende. "¿Cuántos entre nosotros todavía viven para recordarlo?", se pregunta.
Al igual que otros muchos colegas que se negaron a adaptarse a la realidad, Seemann perdió su empleo en la emisora. Hasta el cambio democrático que sobrevino en 1989 tuvo que trabajar como fogonero en un hospital y como vendedor de artículos sanitarios para alimentar a su familia.
Pocos meses después de la invasión, en enero y febrero de 1969, los estudiantes Jan Palach y Jan Zajic se quemaron a lo bonzo en Praga en protesta por la ocupación soviética. El dramaturgo y entonces disidente Vaclav Havel (1936-2011), que llegaría a ser el primer presidente elegido libremente en su país, dijo alguna vez: "La sociedad comprendió inmediatamente este acto radical: expresaba la desesperación y el desamparo de esa época".