Militares brasileños vigilan el ingreso de inmigrantes venezolanos por el paso fronterizo de Pacaraima, en el estado de Roraima.
Reuters
SANTIAGO.- "Vamos a buscar el apoyo de la comunidad internacional para adoptar las medidas diplomáticas que resuelvan ese problema, que ya no es de política interna de un país, pero que avanzó por la frontera de varios países y amenaza la armonía de todo nuestro continente".
Con estas palabras el Presidente de Brasil, Michel Temer, anunciaba el martes la autorización del uso de tropas del Ejército en el estado de Roraima, fronterizo con Venezuela, para garantizar la seguridad de la zona ante la llegada masiva de ciudadanos venezolanos al país.
Sus palabras sobre la "amenaza" que implica este éxodo para la región quedaron resonando en la opinión pública, pues parecen reflejar también la mirada del resto de los países afectados, como Perú y Ecuador, que la semana pasada impusieron la exigencia de pasaporte a los venezolanos que quisieran ingresar. Una medida que, de todas formas, Quito se vería obligado a suspender por solicitud de un tribunal de justicia.
Venezuela enfrenta
"una trágica situación que hoy afecta a casi toda América del Sur", añadió de hecho Temer desde el Palacio de Planalto.
Para el analista internacional y académico de la Facultad de Derecho de la Universidad Central, Samuel Fernández, cuando el Mandatario brasileño alude al peligro de la llegada masiva de inmigrantes, "lo está reduciendo a los riesgos que hay para el derecho humanitario y para la situación humanitaria de muchísimos ciudadanos venezolanos que están intentando salir del país".
"Con este éxodo, que se ha producido en todas las fronteras venezolanas, Brasil está cuidando sus intereses y viendo la manera en la que estas personas puedan entrar y las condiciones en la que lo hacen (…) Porque se trata de mejorar las condiciones en la que ingresan y no que sean peores de las que tienen en el país que abandonan", explicó el ex diplomático a Emol.
"Este es el sentido del peligro que para el hemisferio significa un éxodo de ciudadanos de un país, cualquiera sea, a otros", añade.
Obligados a coordinar
En ese mismo contexto, Fernández enfatiza en que Temer está tomando medidas ante una problemática grave, que va en aumento, y deja clara la necesidad de una coordinación por parte de las naciones del continente, para resguardar las condiciones de subsistencia de los inmigrantes y de los mismos países que los reciben.
"Ese es el sentido de la protección y la búsqueda de una solución de conjunto y una mirada más global, una acción continental frente a un problema que no es provocado por los países que reciben a los inmigrantes, si no del país que provienen", afirma el académico. "Esto crea una necesidad mayor de coordinación entre todos los países involucrados para que estas personas encuentren una situación mejor", agrega.
Con esta postura está de acuerdo él mismo. Según afirma,
toda la región se verá obligada a responder y a trabajar en conjunto para determinar las medidas que pueden adoptarse en torno a la crítica situación migratoria que ha generado la crisis humanitaria y económica en Venezuela.
"Van a tener que buscar fórmulas para hacer frente a esto, como lo está haciendo Europa con migraciones que provienen de otras regiones", asevera.
"Latinoamérica va a tener que coordinarse. Este es un problema humanitario, no se les puede dejar abandonado y no se puede tomar medidas que solamente repercutan en un país que recibe una gran cantidad y no en otros que simplemente no reciben a nadie", sentencia.
