Manifestantes protestaron en Washington en contra de la nominación de Brett Kavanaugh y en respaldo a Christine Blasey Ford.
Reuters
SANTIAGO.- "Si el ataque contra la doctora Ford fue tan terrible como cuenta, entonces se habrían presentado cargos de manera inmediata ante las autoridades locales". Esta fue la polémica declaración emitida el viernes pasado por el Presidente de EE.UU., Donald Trump, en defensa de su candidato a la Corte Suprema de Justicia, Brett Kavanaugh, y que ha provocado la creación de una nueva campaña en redes sociales.
El magistrado conservador (53) fue acusado por la académica Christine Blasey Ford (51) de intentar violarla cuando ambos eran adolescentes, hace aproximadamente 36 años atrás. Una denuncia que es negada por él, pero que ha puesto en la cuerda floja su nominación al máximo tribunal.
Tras conocerse la acusación, una serie de senadores republicanos, ansiosos por que la candidatura de Kavanaugh sea aprobada antes de las elecciones legislativas de medio mandato, cuestionaron a la profesora universitaria por tardar más de tres décadas en realizar la denuncia. La publicación del Mandatario en redes sociales, que puso en duda la veracidad de la denuncia de Ford se convirtió en la gota que rebalsó el vaso.
Con la etiqueta #WhyIDidntReport (Por qué no denuncié), miles de personas protestaron en redes sociales en contra de los comentarios de Trump y los republicanos haciendo públicos sus propios casos de abuso y por qué no los denunciaron en el momento en que ocurrieron.
Un método que fue replicado de la ya famosa campaña #MeToo, que estalló el año pasado en redes sociales con miles de mujeres contando públicamente sus historias de hostigamiento, agresiones sexuales y maltrato.
"Fui asaltado sexualmente dos veces. Una vez, cuando era adolescente. Nunca presenté un informe policial y tardé 30 años en contárselo a mis padres", escribió la actriz y activista Alyssa Milano en respuesta al tuit de Trump.
Sentimientos de vergüenza o la convicción de que las personas no les creerían, son parte de las razones esgrimidas por las víctimas en sus publicaciones.
"La primera vez que sucedió, yo tenía 7 años. Les dije a los primeros adultos que encontré. Dijeron: "Oh, es un buen anciano, eso no es lo que quería decir". Así que cuando fui violada a los 15, sólo le conté a mi diario. Cuando un adulto lo leyó, me acusó de tener sexo con un hombre adulto", relató por su parte la actriz de Hollywood Ashley Judd, una de las denunciantes del productor de cine Harvey Weinstein.
Expertos en casos de abuso sexual aseguran que es normal que las víctimas tarden en contar lo sucedido y que no realicen las denuncias pertinentes. Según el Departamento de Justicia de Estados Unidos, más de 325.000 personas fueron víctimas de violación o asalto sexual en 2016, pero sólo el 22,9% de los casos se reportaron a la policía.
Amy Selwyn, de 59 años, dijo a The New York Times que había guardado silencio, en parte, porque estaba en juego su carrera. Cuando tenía solo 25 años, un mentor profesional la invitó a cenar, la invitó a su habitación y la violó. Pasaron más de tres décadas antes de que pudiera contárselo a alguien. "Me sentí estúpida", afirmó. "Me sentí vulnerable. Me sentí humillada. Y también sentí que si decía algo, mi carrera habría terminado".
Christine Blasey Ford acudirá este jueves al Senado estadounidense para contar su versión sobre lo ocurrido a principios de los ochenta y lo hará antes de que Brett Kavanaugh acuda para entregar su defensa. Mientras, una segunda denuncia surgida este fin de semana pone al borde del abismo las intenciones de Trump y los republicanos de que su nominado logre ser aprobado.
