SANTIAGO.- Este lunes las autoridades chinas confirmaron que tienen detenido, en un lugar secreto, al ex presidente de Interpol, Meng Hongwei, luego de estar varios días desaparecido, según denunció su familia desde Francia, país en el que reside.
El Ministerio de Seguridad Pública reveló por medio de un comunicado que la investigación a Meng se abrió tras detectar que aceptó sobornos y violó la ley estatal, un comportamiento que ha causado un "grave daño" al partido y a la seguridad nacional
"Tenemos cero tolerancia con la corrupción", aseguró el ministro de Seguridad Pública,
Zhao Kezhi a los miembros del partido comunista que, según el ministerio, mostraron su "apoyo unánime" a la investigación y a la lucha anticorrupción del régimen.
La misiva destacó también que tras la reunión con el ministro Zhao, el partido considera que "no hay derecho especial ni excepción" en la lucha contra la corrupción porque "cualquier persona en contra de la ley tiene que ser investigada y castigada estrictamente".
Ahora, las autoridades seguirán investigando el comportamiento ilegal del ex presidente de la organización policial internacional y perseguirán a aquellos que participaron con él en los delitos, "que no quedarán impunes".
"La investigación se llevará a cabo de acuerdo a nuestras leyes y reglamentos. Queda muy claro con este caso que el Partido sigue firme en su lucha contra la corrupción, y que cualquiera que viole la ley será severamente castigado", subrayó el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Lu Kang.
¿Qué ocurrió con Meng Hongwei?
El 25 de septiembre el ex presidente de la Interpol, quien debería haber estado en el cargo hasta 2020, tomó un avión a China desde Francia. Sin embargo, luego de embarcarse en el vuelo rumbo a su país natal, su familia dejó de tener noticias suyas y se perdió misteriosamente su rastro.
El motivo de su desaparición, que se supo recién el domingo, es que
las autoridades chinas lo arrestaron de manera secreta, inmediatamente cuando aterrizó. La incógnita de su paradero se mantuvo por dos semanas ya que China no informó a la Interpol de su arresto.
Paralelo a esto, en Lyon, París -donde se ubica la sede de la Interpol-, la esposa del ex presidente de la Organización Internacional de Policía Criminal, Grace Meng, pidió ayuda y señaló que "este asunto incumbe a la comunidad internacional".
La mujer, relató que su esposo le envió un mensaje que decía: "Espera mi llamada", el mismo día que viajó a China. Minutos después recibió el último mensaje, que era el emoticón de un cuchillo. Este elemento, la esposa del funcionario internacional lo interpretó como una señal de que estaba en peligro, según constató la agencia AFP.
Tras varios días de incertidumbre sobre el paradero de Meng y ante la presión internacional que exigía a China explicaciones sobre su desaparición, la Comisión Nacional de Supervisión (el órgano anticorrupción chino) confirmó su detención ayer domingo por la noche, sin dar detalles de las causas hasta hoy.
"La Secretaría General de Interpol en Lyon, Francia, recibió la renuncia del Sr. Meng Hongwei como Presidente de INTERPOL con efecto inmediato"
Cuenta de Twitter Interpol
Luego que se conociera dónde estaba Meng, éste
envió una declaración a Interpol donde comunicó su renuncia al cargo de presidente de la organización policial internacional,
con efecto inmediato. Esta información, Interpol la dio a conocer públicamente por medio de su cuenta en Twitter.
El objetivo de la detención
Si bien las desapariciones de abogados y activistas detenidos en lugares desconocidos han sido una constante en el país asiático, es la primera vez que el régimen comunista actúa de esta manera con un alto cargo de una organización internacional, como es Interpol.
De acuerdo con la legislación china, la policía tiene autoridad para mantener incomunicado y en un lugar secreto hasta seis meses a sospechosos de ofensas contra la seguridad nacional, acusados de terrorismo o sobornos, aunque en muchos casos se aplica a disidentes o activistas.
Desde la llegada al poder de Xi Jinping en 2013, China ha juzgado a numerosos funcionarios por recibir sobornos dentro de su campaña anticorrupción, con la que ha lanzado un mensaje claro: que nadie está por encima del partido ni de su líder. Un aviso que el ministro de Asuntos exteriores recalcó con el caso de Meng, pues quieren que se convierta en un caso ejemplar de la labor del Gobierno chino.