SANTIAGO.- Un día después de que los brasileños eligieran a
Jair Bolsonaro como su futuro presidente, surgen las distintas reacciones en todo el mundo, algunas celebrando el resultado y otras mostrando su preocupación por el futuro del país sudamericano. Uno de ellos es el director para las Américas de Human Rights Watch (HRW),
José Miguel Vivanco, quien observa con detención el triunfo del abanderado derechista.
En conversación con La Segunda, el abogado chileno afirmó que lo ocurrido el domingo en Brasil "es alarmante y uno de los más serios retrocesos en tiempos recientes en el continente, porque ha llegado al poder un demagogo, que reivindica las atrocidades de la dictadura militar brasileña, que defiende la tortura y tiene un abierto discurso discriminatorio contra negros, mujeres y minorías sexuales".
"Si él (Bolsonaro) aspira a promulgar una legislación que refleje su pensamiento antiderechos humanos o modificar la Constitución, que es bastante protectora de las libertades públicas y los derechos, le será difícil lograr quórums y eso es una garantía de que no se avance abiertamente a un régimen similar a una dictadura", agregó.
Asimismo, consultado por el rol que podría tomar al respecto la alta comisionada para los derechos humanos de la ONU,
Michelle Bachelet, el chileno Vivanco indicó que "
Bolsonaro es un enorme desafío para Bachelet, porque desde su posición como la principal autoridad mundial en derechos humanos, habrá que recurrir a ella para prevenir y defender garantías y derechos fundamentales que habrá que proteger si es que Bolsonaro intenta cumplir con sus promesas de campaña, lo que usualmente ocurre".
Asimismo, respecto al papel que podrían jugar los presidentes Mauricio Macri y Sebastián Piñera para encauzar el gobierno brasileño, el jefe de HRW dijo que ambos podrían contribuir en esa tarea, "pero la asimetría es enorme".
"Brasil es un gigante, multiplica varias veces la capacidad de los países vecinos. Pero Chile cuenta con un gran prestigio internacional, al igual que Argentina, en materia de derechos humanos. Aquí lo que hace falta es estar muy vigilantes y usar todas las posibilidades que existan para disuadir y presionar al gobierno a partir del primero de enero a ejercer el poder de una manera consistente con sus obligaciones jurídicas en materia de derechos humanos", agregó.