SANTIAGO.- Muchas veces se dice que las tradiciones no se rompen. Ante esto, hay quienes las respetan al pie de la letra y otros que deciden evitarlas e innovar, sin pensar en el qué dirán o en las consecuencias que esto podría traer. Al parecer, el Presidente electo de Brasil,
Jair Bolsonaro, caería en el segundo grupo.
Esto, porque de acuerdo a las primeras informaciones, el abanderado del Partido Social Liberal (PSL) estaría pensando en saltarse una tradición propia de los mandatarios recién electos en Brasil: que su primera parada internacional sea Argentina. Por el contrario, el país que esta vez se llevaría los honores sería Chile, según informó uno de los hombres clave de Bolsonaro, Onyx Lorenzoni, y luego confirmó el propio Presidente Sebastián Piñera.
"Por supuesto me confirmó que iba a visitar Chile, entiendo que su primer viaje fuera de Brasil va a ser a Chile y después probablemente va a ir a Estados Unidos", indicó el Mandatario nacional, luego de comunicarse telefónicamente con el triunfador de las elecciones brasileñas.
En tanto, Lorenzoni explicó que "Chile es la gran referencia latinoamericana: tiene buena educación, genera tecnología y hoy comercia con todo el mundo. Tenemos que tener la humildad de mirar ese ejemplo con atención".
La noticia hizo ruido al otro lado de la Cordillera, principalmente en los medios de comunicación trasandinos. Así, Clarín tituló "Bolsonaro no incluye a la Argentina en su primer viaje como presidente electo de Brasil".
Por otro lado, La Nación afirmó que "Chile sería el primer destino de Bolsonaro y rompería la tradición".
El "desprecio" al Mercosur
Pero la otra señal que despertó las alarmas en el país vecino fueron los dichos del llamado "gurú económico" de la campaña de Bolsonaro y el posible nuevo ministro de Hacienda, Paulo Guedes, quien cuestionó el Mercosur, bloque económico que incluye a Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay.
"El Mercosur es demasiado restricto para lo que estamos pensando.
Cuando fue creado, fue hecho totalmente ideológico. Brasil quedó prisionero de alianzas ideológicas, y eso es malo para la economía", señaló en una conferencia de prensa posterior al triunfo de Bolsonaro el domingo.
Así, ante la insistencia de la prensa trasandina, afirmó que "el foco del programa (económico) es el control de gastos. Y usted me pregunta por el Mercosur. No es prioridad. La prioridad no es el Mercosur; el Mercosur no es prioridad. No, no. ¿Eso es lo que quería oír? Es un estilo que combina con el del presidente; hablamos la verdad. No estamos preocupados en agradarle".
La reacción no se hizo esperar y el propio Guedes tuvo que salir al paso de sus propias declaraciones. "Pido disculpas. Fueron palabras en la noche de la elección y uno no sabe qué responder. Yo no quise en ningún momento desmerecer a Argentina o al Mercosur, pero la verdad es que no es el foco en este momento porque lo son nuestros problemas internos", enfatizó a La Nación de Argentina.
La Casa Rosada baja la tensión
Estos dos hechos sin duda que llamaron la atención en Argentina, sobre todo considerando los acercamientos previos que había tenido Bolsonaro con el país trasandino, al dedicar buenas palabras al Presidente Mauricio Macri, a quien llamó días antes de la elección.
Pero esto no pasa sólo por el tema de la tradición, sino que también por datos más duros. "Argentina no es cualquier socio comercial para Brasil: desde hace 15 años, el gigante sudamericano acumula saldos comerciales altamente positivos en relación a su socio y vecino", precisó Clarín.
No obstante, desde la Casa Rosada le bajaron el perfil. Así, el canciller Jorge Faurie señaló, respecto de la posible venida del Mandatario electo de Brasil a Chile: "Es un titular de prensa, esto no está para nada establecido.
No está dicho hacia dónde va a ir el Presidente Bolsonaro a partir de que asuma su mandato. Hoy dijo claramente que tiene por delante una etapa de recuperación de su salud, que tiene que hacer una nueva intervención producto del atentado que sufrió, y la recuperación que lo lleva prácticamente a las fiestas de fin de año".
"No importa hacia dónde va en primer lugar, sino el grado de integración y diálogo que tengamos los gobiernos", enfatizó.
