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El recuerdo del guardaespaldas de John Kennedy a 55 años de su asesinato: "Debí haber actuado más rápido"

Clint Hill escoltaba al Mandatario estadounidense al momento del ataque que marcó un antes y un después en el país norteamericano. El hecho marcó su vida y le generó una profunda depresión.

23 de Noviembre de 2018 | 12:50 | Redactado por Ramón Jara A., Emol
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El agente Clint Hill se sube al auto luego de que el Presidente John Kennedy sufriera un disparo en su cabeza. El guardaespaldas aún se reprocha su actuación.

AP
SANTIAGO.- Ayer jueves se cumplieron 55 años del asesinato del Presidente de Estados Unidos John Fitzgerald Kennedy, producto de un disparo en su cabeza. Han pasado las décadas y uno de los guardaespaldas que se encontraban en el lugar aún lamenta la partida de quien fuera uno de los mandatarios más carismáticos de la historia del país norteamericano.

Aquel 22 de noviembre de 1963 el agente del Servicio Secreto Clint Hill escoltaba el auto descapotable que trasladaba a Kennedy y su señora Jackie por las calles de Dallas, en el estado de Texas. El guardaespaldas fue el primero en reaccionar tras el disparo y se lanzó para intentar salvar al Mandatario formando un escudo humano.

"Debí haber actuado más rápido", se lamentó Hill, ahora de 86 años, en diálogo con el diario inglés The Sun, al recordar el ataque. Aún se reprocha lo ocurrido y lo recuerda como si fuera hoy.

"El lado derecho de su cara está boca arriba y puedo ver que sus ojos permanecen fijos. Hay sangre por todas partes. Puedo ver la herida de bala. En la cavidad que está en el cráneo puedo ver que ya no queda más materia cerebral. Eso es algo que nunca logré y nunca pude borrar de mi mente", reconoció.

Sobre el momento mismo del ataque, el guardaespaldas aseguró que en ningún instante pasó por su cabeza que podría perder su propia vida, sino que sólo se enfocó en hacer su trabajo y asistir al Presidente. "Mi objetivo era llegar allí para formar una cubierta para que no se pudiera hacer más daño", explicó.

Tras el fatídico episodio, Clint Hill trabajó con Jackie Kennedy y el Presidente Lyndon Johnson. Sin embargo, el ataque de Dallas asomó como una pesadilla recurrente durante años, tanto así que el guardaespaldas se refugió en el alcohol mientras continuaba con los autorreproches.

"Me automedicaba con alcohol. No me importaba nada y no quería tener ningún contacto con nadie", señaló, mientras ahora se lamenta no haber estado presente en el crecimiento de sus hijos por culpa de su adicción. "Crecieron prácticamente sin un padre; su madre los crió", afirmó.

Pasaron los años y el ex agente se rehabilitó, pero evitó hablar del asesinato de Kennedy durante mucho tiempo. "Creo que debería haber sido más rápido. Mi trabajo era protegerlos y no fui capaz de hacerlo. Si hubiera sido un poco más rápido podría haber podido prevenir la herida fatal del Presidente y eso me ha molestado desde entonces. Siempre será así, estoy seguro", indicó.
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