PARÍS.- Este sábado se vivió en Francia una nueva jornada de protestas del movimiento de los "chalecos amarillos". Uno de los escenarios de estos actos fue la famosa avenida parisina de los Campos Elíseos, donde se formaron barricadas y la policía disparó gases lacrimógenos.
Cerca de
106.000 personas se manifestaron en todo el país, 8.000 de ellas en la capital, según reportó el Ministerio del Interior.
Al terminar la jornada, el Presidente Emmanuel Macron agradeció a las fuerzas del orden por su "coraje y profesionalismo" y criticó a quienes protagonizaron actos de violencia: "Vergüenza la de aquellos que violentaron a otros ciudadanos y periodistas (...) No hay lugar para esta violencia en la República".
Disturbios en los Campos Elíseos
El movimiento transversal de los "chalecos amarillos", que cuenta con un amplio apoyo popular, denuncia el alza de los combustibles y la pérdida de poder adquisitivo en Francia.
El Ministerio de Interior dio cuenta 130 personas detenidas, 69 de ellas en París. Y según la prefectura de policía de la capital, en París se registraron 24 heridos, cinco de ellos pertenecientes a las fuerzas de seguridad.
La avenida de los Campos Elíseos, donde las autoridades no habían dado permiso para la manifestación, fue el principal escenario de los incidentes de la jornada.
En este popular sector de país algunos de los manifestantes hicieron barricadas y quemaron mobiliario urbano, mientras la policía antidisturbios intentaba hacerlos retroceder con gases lacrimógenos y camiones hidrantes.
"Los daños son escasos, son fundamentalmente materiales", estimó el ministro francés del Interior, Christophe Castaner.
En casi toda Francia se llevaron a cabo numerosas acciones pacíficas, como bloqueos en carreteras y en zonas comerciales, en el marco de esta segunda jornada de movilización, una semana después del comienzo del movimiento.
Acusaciones cruzadas
El ministro Castaner culpó de la violencia a la líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen, considerando que "sediciosos" respondieron a su llamado a desfilar por los Campos Elíseos.
Le Pen rechazó estas acusaciones, afirmando que ella nunca había llamado a la violencia y tras la jornada de protestas constató en su cuenta Twitter que el Gobierno no tenía respuesta a los reclamos de los manifestantes.
"Castaner quisiera que la manifestación de los #GiletsJaunes [Chalecos amarillos] sea de extrema derecha y poco numerosa. La verdad es que es la manifestación masiva del pueblo", reaccionó en Twitter Jean-Luc Mélenchon, el jefe de filas de Francia Insumisa (izquierda).
El movimiento actualmente cuenta con un amplio apoyo de los franceses. Según un sondeo del Instituto BVA, un 72% aprueba las reivindicaciones de los "chalecos amarillos" por el aumento de los combustibles.
Queda por saber si esta movilización cambiará la política de Macron, centro de la molestia de los manifestantes, que corearon frases como "Macron dimisión" y "Macron devuelve el dinero".
El Presidente, de momento, no parece dispuesto a variar el ritmo de sus reformas para "transformar" Francia, o renunciar al alza del precio de los combustibles, todo ello en aras de "mantener el rumbo en favor de la transición ecológica".
Sin embargo, según los medios franceses, podría anunciar el martes nuevas medidas destinadas a las familias más modestas para evitar el riesgo de una "fractura" social.
