SANTIAGO.- La 28 de noviembre de 2016, 71 personas murieron en un accidente de avión en los cerros del municipio colombiano La Unión. Se trata de la caída de la aeronave operada por la aerolínea Lamia, que aquella fatídica noche transportaba en su interior a los jugadores y dirigentes del club de fútbol brasileño, Chapecoense, para disputar la final de la Copa Sudamericana en Medellín.
A dos años de la tragedia, una placa con los nombres de las víctimas fatales y de los seis sobrevivientes conmemora el accidente en el centro del parque principal del municipio. La instalación de este recuerdo es una de las promesas que las autoridades del departamento de Antioquia sí cumplieron tras el suceso. Sin embargo, varias otras aún quedan pendientes.
Y es que ante el furor de la emergencia, diversos
funcionarios nacionales y departamentales se comprometieron a llevar a cabo proyectos que 24 meses después, al parecer, han quedado en el olvido.
Así lo relató Arquímedes Mejía, el capitán del Cuerpo de Bomberos de La Unión, al diario colombiano El Tiempo. Él fue uno de los rescatistas que acudieron a la llamada que reportaba un accidente de avión en uno de los cerros de la zona.
Según cuenta, aunque hicieron todo lo posible por rescatar a la mayor cantidad de víctimas, no contaban con la maquinaria pesada ni herramientas adecuadas para sacar a quienes quedaron bajo de los escombros. "Fue un impacto muy trágico porque se nos murió gente sacándola de la zona, los llevamos a la concentración de víctimas con vida, pero no lograron sobrevivir", recuerda.
Por ello, días posteriores a la tragedia, autoridades locales se comprometieron a renovar los antiguos artefactos y vehículos con los que contaban en su cuerpo de Bomberos. No obstante, hasta hoy él y su equipo de 20 personas continúan esperando a que dicha promesa se concrete.
De hecho, continúan operando con una máquina antigua modelo 50, que pese a que sigue funcionando, es necesario que sea cambiada por una más moderna si es que se pretende que sus respuestas sean más efectivas y rápidas.
Asegura la ayuda que han recibido solo incluye una ambulancia - que aunque es usada se encuentra en buen estado – y una parte del financiamiento para comprar una camioneta, para lo cual también debieron usar recursos propios.
El altar y el museo que nunca llegaron
Otra de las promesas, hoy incumplidas, fue enunciada en 2016 por el propio gobernador de Antioquia, Luis Pérez, quien aseguró que en la zona donde cayó el avión sería convertida en un "sitio histórico". Incluso se le pediría a algún escultor que realizara una obra artística para conmemorar dicho lugar. "Será un lugar de peregrinación, donde la gente podrá ir a recordar a estos grandes héroes que murieron cuando venían a disputar su tarea futbolística", dijo entonces Pérez.
Sin embargo, al igual que el capitán de Bomberos, Germán López, campesino de La Unión, asegura que dicho compromiso nunca se concretó. Actualmente, a falta de un monumento, los lugareños han improvisado en el lugar un pequeño altar, formado por cruces y elementos encontrados tras el accidente, para poder rendir homenaje a las víctimas.
Aunque llegar a la zona no es fácil, pues el camino es pantanoso y resbaladizo, varias personas asisten todavía a visitarlo y habitantes de La Unión suben recurrentemente para limpiar y evitar que la maleza crezca. "Eso no fue un accidente más, en él murieron 71 personas que venían con un sueño,
no queremos que el lugar quede vacío, pero si no fuera por nosotros eso estaría allá lleno de monte", dice López.
Algo similar piensa Juan Carlos Vallejo, representante legal de la Corporación Binacional de Hermandad La Unión Chapecó, una entidad sin fines de lucro. La idea de instaurar un museo en la localidad para recordar la tragedia también quedó en nada. Comenta que ante la falta de ayuda, él y otros habitantes abrieron un espacio en el casco urbano de la localidad, para exponer objetos como camisetas, fotografías, partes del avión, cartas, maletas, entre otros.
Sin embargo, los recursos no les alcanzaron para mantener activo el lugar y debieron cerrarlo en septiembre de 2017. Las cosas las trasladaron primero a un terminal de transporte de un municipio vecino y luego a un café ubicado en el parque principal. Allí, hasta hoy, se les presta una salón para exponer los objetos al público.
"Aspiramos que tenga un sitio oficial manejado por el municipio, seguimos con la ilusión, estamos haciendo lobby con candidatos a la alcaldía para que el que llegue impulse el proyecto", sostuvo.
Según El Tiempo, los habitantes de La Unión llevarán a cabo este miércoles una ceremonia para recordar a las víctimas, una marcha con antorchas y una misa en su honor.