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Empresario mexicano secuestrado por ex frentista: "Raúl Escobar Poblete destruyó mi vida"

El año 2007 Eduardo García fue secuestrado por siete meses, pero tuvieron que pasar nueve años para que descubriera que el líder de sus captores era dirigente del centro de padres del colegio que fundó.

02 de Diciembre de 2018 | 09:11 | Redactado por Pía Larrondo, Emol
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Pantallazo TV
SANTIAGO.- "Cuando me agarraron eran las 8:30 de la mañana, dejando a mis hijos en el colegio, el 'Waldorf' de San Miguel", recuerda Eduardo García Valseca, empresario mexicano protagonista de una historia que revela el modo de operar del "comandante Emilio" en México.

García, hijo del fundador de la Organización Editoral Mexicana, fue la víctima de uno de los secuestros más polémicos realizados por Raúl Escobar Poblete en México.

Según lo reportado por El Mercurio, la vida del empresario cambió de forma abrupta ese 13 de junio de 2007, una vida que él reconoce que hasta ese momento calificaba de idílica junto con su señora, Jayne Rager y sus hijos en un rancho. Ese día iba de vuelta, con su señora, de dejar a sus hijos en el colegio que había fundado ambos, hasta que un jeep con hombres armados los interceptó mientras otro por atrás le cerraba el paso.

En pocos segundos estaban adentro del auto de sus secuestradores, a cara descubierta. Les pusieron fundas en las cabezas a él le pegaron y a ella la abandonaron para que recolectara la plata del secuestro. A García le hicieron creer que también estaba secuestrada.

Siete meses y medio tuvieron secuestrado a García, en un espacio pequeño con solo una puerta donde le daban comida, esposado, con 40 kg menos de peso y baleado en la pierna por decirle a sus captores que no tenía los ocho millones de dólares que pedían porque ellos pensaban que era millonario.

"Cuando la autoridad mexicana me dijo que no podían asegurar que yo estuviera bien me vine para Estados Unidos, el 19 de febrero de 2008 y jamás regresé a San Miguel de Allende", agrega.

A ellos siempre le dijeron que sus secuestradores eran un grupo guerrillero mexicano. Recién nueve años después supieron que era el chileno Raúl Escobar Polete, "Emilio", el cabecilla de la operación. Un respetable vecino de San Miguel de Allende que no era cercano a García.

"Lo que sucede es que él se incrustó en la Escuela Waldorf que había fundado mi mujer, pero después de que ya nos habíamos ido de México. Nunca lo conocí. Le vi la cara a dos o tres de ellos cuando me agarraron", sostiene.

"Me di cuenta que no eran mexicanos por varias cosas (...). Cuando ya me tenían en la caja en que me metieron, me di cuenta por la forma en que me daban de comer. Los mexicanos no comemos más que tortillas y frijoles y eso es la base de todo. Y jamás me dieron en siete meses y medio una sola vez tortilla. El día de Navidad me dieron una carne muy fina, pero, claro, en una versión ínfima", explica.

"Este tipo (Raúl Escobar Poblete) me destrozó la vida y yo por salud mental tengo que cerrar ese capítulo de mi vida", sentencia el empresario.

Continúa leyendo este reportaje en la edición de hoy de El Mercurio
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