SANTIAGO.- Un verdadero dolor de cabeza para el Gobierno del Presidente Emmanuel Macron se ha convertido el movimiento de los
"chalecos amarillos", cuyas protestas en contra del alza al precio de los combustibles y el alto costo de la vida en Francia han crecido cada vez más en el país europeo y han evidenciado una gran crisis.
Las manifestaciones comenzaron hace unas tres semanas y se han caracterizado por el uso del chaleco reflectante como símbolo de lucha. Los protestantes decidieron usar esta prenda para enfatizar en su condición de automovilistas, ya que su porte es obligatorio si se quiere descender del vehículo cuando está detenido en carretera.
Este modo de protestar llamó la atención no solo en Francia, sino que también en el resto del mundo, tanto así que ya son al menos tres los países donde los llamados "chalecos amarillos" han inundado las calles con demandas similares a las de los franceses.
El primer país en emular estas protestas fue
Bélgica, con movilizaciones en ciudades como Bruselas. En esta última
más de 300 las personas que el sábado se congregaron vestidos con los chalecos reflectantes. Los manifestantes marcharon por el centro de la ciudad en protesta contra el aumento de los precios de los combustibles y el alza de impuestos.
Al igual que en Francia, la manifestación fue organizada a través de las redes sociales y tenía como finalidad llegar a la oficina del Primer Ministro Charles Michel, para exigirle la renuncia. Varios de los protestantes arrojaron piedras y otros objetos contundentes a los policías que se encontraban en el lugar. Unas 60 personas resultaron detenidas por desórdenes y por portar objetos prohibidos como bengalas y bombas lacrimógenas.
Tras los hechos, el Primer Ministro Michel manifestó su comprensión hacia los manifestantes, pero afirmó que "el dinero no cae del cielo".
España e Irak se suman
La marcha de los "chalecos amarillos" también tuvo eco en España, particularmente en la ciudad de Zaragoza, hasta donde llegaron cientos de agricultores el miércoles vestidos con la prenda reflectante, en reclamo por el alza del diésel.
La protesta española fue convocada por agrupaciones agrícolas, las que aseguran que el precio del combustible se está "disparando" y está repercutiendo en otros productos como el alimento para el ganado, las semillas, los fertilizantes o la electricidad.
De acuerdo al diario ABC,
es probable que estas marchas de "chalecos amarillos" se extiendan por España, ya que se han convocado asambleas para este sábado en Asturias, Madrid y Valencia, con el fin de decidir futuras movilizaciones.
Pero estas protestas no sólo se han dado en Europa. La ciudad de Basora en Irak también ha sido escenario de protestas con chalecos reflectantes. Según consigna NBC News, un centenar de personas llegaron a las oficinas del gobernador demandando mejoras en los servicios básicos como agua potable y electricidad.
La protesta tiene relación con una demanda de meses, en la que los habitantes de Basora exigen mejores servicios. La demanda se intensificó luego de que una crisis de contaminación del agua potable terminó con la intoxicación de más de 100.000 personas.
Y si bien llamó la atención la presencia de "chalecos amarillos", organizadores de la protesta aseguraron que
la elección de esta prenda es algo familiar para los iraquíes y ya se había visto en algunas protestas de 2015. La idea, dicen es verse más organizados si todos visten igual.
Al parecer, los chalecos llegaron para quedarse, y será cada vez más habitual verlos en las protestas de todo el mundo.