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"Todos somos Laura": Homicidio de joven profesora causa conmoción en España

El cuerpo de Laura Luelmo, de 26 años, fue encontrado con evidentes signos de violencia en un campo en la ciudad de Huelva. Pese a que su vecino Bernardo Montoya (50) confesó el crimen, aún queda mucho por esclarecer.

19 de Diciembre de 2018 | 12:48 | Redactado por Valentina Salvo U., Emol
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EFE
SANTIAGO.- "La chica salió de su casa y se me acercó a preguntarme algo. Yo estaba sentado en una silla en la puerta de la mía, que están frente a frente. Ella me dijo: 'Hola vecino, ¿sabrías de algún supermercado por aquí? Es que soy nueva'. Yo le respondí: 'Claro mujer' y le di una dirección. La engañé porque la mandé a un callejón sin salida donde no había supermercado ni nada".

Así comienza la confesión que Bernardo Montoya (50) entregó este miércoles a los investigadores españoles respecto del crimen de Laura Luelmo, la profesora de 26 años que había sido reportada desaparecida la semana pasada, pero cuyo cuerpo fue encontrado este lunes en Huelva.

El femicidio de la joven originaria de Zamora es el último de una serie de casos que ha conmocionado a la sociedad española y que ha provocado indignación en las redes sociales. Tanto así, que este martes el hashtag con la frase "Todos somos Laura" se volvió tendencia a nivel mundial.

El hallazgo

Laura había llegado a la ciudad a principios de mes para desempeñarse como profesora de reemplazo en un instituto de secundaria de la localidad de Nerva. Era su primer trabajo enseñando dibujo y se había instalado a vivir en el municipio de El Campillo, a pocos kilómetros del recinto educacional, en una casa que le había arrendado a una compañera.

El miércoles 12 de diciembre, sin embargo, no apareció en su trabajo. Tampoco contestaba las llamadas de sus amigos ni de su familia. Ese mismo día fue reportada como desaparecida y miembros de la localidad se volcaron a las calles en su búsqueda. Finalmente, fue encontrada sin vida a comienzos de semana. Su cuerpo estaba boca abajo, semidesnudo, con signos evidentes de violencia y oculto entre unos arbustos.

Según consignaron medios españoles, el hallazgo se produjo luego de que un voluntario de la Cruz Roja que participaba en las labores de búsqueda encontró, a cuatro kilómetros de El Campillo, prendas de mujer esparcidas por un campo. Inmediatamente llamó a la Guardia Civil. A poco más de 200 metros del lugar, los agentes encontraron el cadáver de una mujer. Era Laura.

La autopsia determinó que la joven profesora murió producto de un fuerte golpe en la zona frontal de su cabeza, entre los días viernes 14 y sábado 15 de diciembre. Se estima, preliminarmente, que fue agredida sexualmente y entre las primeras hipótesis se incluye la posibilidad de que haya estado secuestrada debido a que pasaron dos o tres días entre su desaparición y su fallecimiento.

La confesión

Solo un día después de que se encontrara el cuerpo de Laura, la policía española detuvo a su primer sospechoso: Bernardo Montoya. El sujeto vivía justo en frente de la joven y, según testigos, tenía actitudes sospechosas y siempre la observaba. Incluso, la misma profesora de dibujo le había comentado a su pareja sobre su preocupación respecto a Montoya.

5días estuvo desaparecida Laura, hasta que se encontró su cuerpo
Según consignó el diario El País, el hombre había salido de la cárcel recién en octubre, tras haber cumplido una condena de dos años y 10 meses por robo con violencia, y se había asentado en el pueblo que posee solo 2.000 habitantes. No era su primera vez en prisión, pues anteriormente había estado tras las rejas por el asesinato de una mujer.

Fue detenido el martes cuando, al percatarse de que estaba siendo vigilado por agentes de la Guardia Civil, intentó huir. Fue llevado hasta las inmediaciones policiales y, luego de varias horas de interrogatorio y de mentir en su declaración, terminó por admitir el crimen de la joven.

En su declaración, recogida por diversos medios españoles, Montoya afirmó que, luego de que la joven se le acercó para preguntarse sobre un supermercado y de que la enviara engañada a un callejón, él se apuró para ir a buscarla.

"En cuanto se alejó un poco yo corrí a por mi coche. Me monté y dando un rodeo llegué primero al callejón. Allí esperé a que llegara, cuando la chica apareció se quedó como sorprendida y me preguntó: '¿Qué haces aquí?', y mirando hacia los lados dijo: '¿Y dónde está el supermercado?'", relató el sujeto según consignó la cadena de televisión Antena 3.

"La desnudé de cintura para abajo y traté de violarla, pero a pesar de que ella estaba inconsciente no lo conseguí"

Bernardo Montoya
"Sin decir palabra, la agarré y la golpeé contra el maletero de mi coche. Quedó inconsciente en el suelo. Tenía una cuerda en el vehículo y aproveché un trozo para atarle las manos a la espalda. La metí en el maletero del coche y la envolví en una manta con el propósito de agredirla sexualmente después. Conduje hasta el lugar donde la encontraron", continuó.

"Al llegar, la desnudé de cintura para abajo y traté de violarla, pero a pesar de que ella estaba inconsciente no lo conseguí. Lo intenté pero nada. Juro que al final no la agredí sexualmente", afirmó Montoya. Posteriormente, asegura, se asustó y decidió sacarla de su automóvil, un Alfa Romeo negro, y la llevó hasta un sector con matorrales. "Me fui corriendo, pero juro que cuando yo la dejé allí ella todavía estaba viva", aseveró.

Los investigadores se encuentran cruzando las diferecias de esta versión con los indicios que tienen hasta ahora. Por ejemplo, según la autopsia, el golpe en la zona frontal que le habría provocado la muerte a Laura habría sido ejecutado con un objeto contundente y, por otro lado, el relato de Montoya asegura que todo pasó en un mismo día, pero no esclarece qué sucedió con la joven profesora durante los dos o tres días que transcurrieron entre su desaparición y su fallecimiento.

Debido al homicidio de Laura Luelmo, el Ayuntamiento de Zamora decretó tres días de luto oficial y diversas entidades públicas, incluido el Congreso nacional, guardaron un minuto de silencio. En tanto, en la Universidad de Salamanca, donde estudió, y en la Biblioteca Nacional, donde fue becaria, se han reportado concentraciones en las que se ven pancartas con frases como "Ni una menos". El objetivo es conmemorar a la joven, que en una de sus publicaciones en redes sociales replicó un mensaje que decía: "Te enseñan a no ir sola por sitios oscuros en vez de enseñar a los monstruos a no serlo. Ese es el problema".
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